୧Necesidades Fuertes୨ Yaoi∘˚˳°ꨄ︎

୧Noche Movida୨∘˚˳°ꨄ︎

─¡Oh... Sí~ Sí~! ¡Follame más duro, papi~! ─gemía tan alto en medio de aquella sala bajo los atentos ojos de los espectadores. Eso siempre me hacía derretir lo más rápido posible, además de verlos cómo se masturban cuando me follan en frente suyo. Mi saliva resbalaba por mi boca hasta mi abdomen, resplandeciendo bajo la brillante luz de los proyectores del techo, luciendo más apetitoso.

El hombre que se encargaba de brindarme placer con su enorme intimidad al tocarme el punto dulce... Me embestía con más salvajismo. Del silencio que hacían los espectadores en la creciente sala, se podían oír el jugoso choque de su piel con la mía en cada estocada, sus manos como estampaban en mis nalgas ya rojas y mis gemidos de perra.

─¡Ahh~ Ahh~ AHHHHH~! ─su pene me estaba destrozando, podía sentir como se corría en mi interior pero no era motivo para que paraba de follarme. Las personas que estaban observando desde sus asientos, incentivan al hombre a que siguiera rompiéndome el culo mientras ellos bebían de sus copas y se tocan sin pudor.

Una mano del hombre musculoso aprieta mi intimidad con firmeza, conteniendo mis ganas de correrme. Se acerca hasta mi oído y susurra con su voz totalmente ronca... ─Todavía no, perra~ ─a lo que me hace gemir con intensidad. Su pene chocaba una y otra vez en mi próstata haciendo que su semen salpique y se salga de mi ano completamente dilatado y abierto para hacer paso a más de su semilla. La gente halagaba al hombre por su doble orgasmo, mientras que yo sonreía embobado por todo el placer consumido. Me sentía en la gloria misma. Aunque me surgió otra ronda como ésta de sexo.

Me quedé ahí desnudo, sentado frente a las miles de personas, que volvieron a sus charlas como si nada hubiese pasado. Mi jefe se acerca a donde estaba yo para hablar en el micrófono. Podía escucharlo pero a la vez no; seguía en mi mundo del paraíso, balbuceando cosas sin sentido hasta que Ramal me toma de los brazos y me ayuda a levantarme.

─¡Aplaudan a la estrella de ésta noche y de éste lugar, señores! ─exclamó mi jefe dejándome un poca más sordo por el grito. No tardé en escuchar esos aplausos hasta que volvieron a silenciarse. ─¡Quisiera nombrar al siguiente ganador del sorteo para complacerse gustoso con éste exquisito arte! ─dijo con voz de locutor para luego hacerle señal a un mesero para que le traiga la caja cerrada con todos los nombres de los presentes. Una vez al lado nuestro, Ramal extiende una mano y la adentra por el agujero de la caja, sacando un cacho de papel. En ella, estuvo el nombre de mi siguiente dominante. ─¡Bien, señores! ¡Aquí les brindo al ganador que nos demostrará su dominación al sumiso en un show complaciente! ¡Él es...! ─la tensión e tres los comerciales estaba presente, se notaba a kilómetros de aquí. ¿Y cómo no? Si se pelean por mí. Por mi cuerpo esculpido y sexy. ─¡Mario Kart! ─al oír el nombre de mi follador, mi ano comenzó a palpitar de la emoción, esperando la entrada de esa polla. Mi parte delantera también estaba exitada por lo que me comenzó a doler de lo dura que se había puesto. Miré para todos lados, desesperado. Quería que me llenaran el ano.

─¡Mmhg~! ─no pude contenerme el gemir ante tal hombre que se me acercaba.

─¡Vaya, vaya! ¡Nuestra diva está sedienta! ─exclamó Ramal antes de reírse y guiñar un ojo para bajar del escenario, dejándome solo en espera de mi follador.

El supuesto Mario Kart caminaba con grandeza por haber ganado ésta oportunidad para tomarme, de seguro... O era una persona de clase con mucho dinero. Siempre venían los ricachones a complacerse al bar.

Tenía el cabello rubio liso, peinado hacia atrás; ojos marrones oscuros y piel pálida. Medía más o menos, 1.80 metros. Llevaba un traje negro con zapatos oscuros, camisa blanca y una corbata azul.

─¡Aplausos para Mario! ─había exclamando Ramal desde el micrófono a lo lejos, mientras que las personas comenzaron a hacer lo pedido. Mi ojos nunca se despegaron del cuerpo de Kart. Un cuerpo muy esculpido diría yo; ya lo esperaba tenerlo arriba mío.