୧Revalzando Entrega୨∘˚˳°ꨄ︎

3.3K 91 3
                                    

No sé si sentirme aliviado o enojado con mi jefe Ramal en esos momentos. La impotencia de pegarle me estaban controlando para no causar más problemas en el bar. Ese hombre gordo que me la había metido como nadie antes... Hizo un escándalo sin causa aparente. O a menos que yo no conozca. Rompió un jarrón de una de las mesas al pasar por los pasillos y volteó una que otra mesa con licores. Ramal estaba furioso. Yo no sabía que hacer, ya que no era mi caso contra el cliente, así que me veo parado al lado de la puerta de mi camerino, observando el desastre a mi alrededor.

─¡Maldita seas! ─exclama más enojado y rabioso que nunca. ─¡Seguridad! ─vuelve a gritar a todo pulmón. ─¡Saquen a éste hombre de aquí...! ¡No será más recibido en el local! ¡Tiene prohibido pisar el edificio... hasta incluso la vereda! ─grita. Luego posó su vista en los empleados que estaban como yo, sin hacer nada y mirando lo que sucedía. ─¡Y ustedes limpien este desastre de aquí! ─los empleados reaccionaron de inmediato para no hacerlo más rabiar de lo que ya estaba. Por mi parte, ni me inmuta el cuerpo, sigo en shook.

─Iv~ ─oh, oh... Ese tono que usa conmigo solo significa una cosa. ─¿Por qué esa carita? ─su lado protector y mimoso salen siempre luego de alguna situación como ésta. Y para ser sincero, me gustaba un poco. ─¿Ese animal te trató mal? ¿Te asustó? ¿Tienes hambre? ¿Quieres comer algo? ¿Tienes sueño? ¿Quieres descansar? Dime, corazón. Estás pálido.

Lo miré un poco confundido, procesando las preguntas. Mi cerebro estaba en blanco, no sabía que contestar. Aunque su sonrisa me abrazó a través de un escalofrío. Sonreí alegre.

─Mi pancita está vacía. Quiero comer algo rico... ─dije cambiando mi voz a una más infantil.

─Ay, mi amor, me lo hubieras dicho. Vamos a la cocina a robarle algo al cocinero.

• • • | • • • | • • •

Estuvimos como media hora buscando algo rápido para comer, hasta que encontré unos sandwiches de miga con jamón y queso. Me los dispuse a comer frente a mí jefe de trabajo y luego marcharme de vuelta a mi camerino.

Estaba realmente agotado, sentía que necesitaba un descanso. Mis pies se dirigieron inconscientemente hasta el borde de la cama, donde allí me dejo caer de panza, rendido. Un suspiro se escapa de mis labios al sentir un bello toque sobre la espalda baja.

El toque quemaba en mi piel, pasaba por toda mi cintura hasta colarse en mi ropa interior. Aquellos dedos fríos se vuelven dominantes al sostener con fuerza y firmeza mi notoria erección. No lo resistí para nada.

─Hoy estás muy fácil... ¿Tan sensible te quedó el cuerpo? ─la voz de mi jefe resonó en mis oídos, tan grave como siempre.

Mmhg~ Sí~ ─ronroneos salían de mis labios al notar el increíble cuerpo trabajado de Ramal apoyarse encima del mío. Su mano sobrante se dedicó a pasearse por el resto de mi cuerpo, provocando temblores que no podía controlar. Sus delicados dedos me bordean la mandíbula con lentitud hasta llegar a la altura de mis labios, allí fue cuando se mordió el labio.

─Pobre, bebé. ─susurra acercándose más a mí. Aún me sostenía la erección con firmeza sin moverse y la otra mano me brindaba caricias tiernas. ─Creo que será mejor que te des un baño, ¿No te parece? ─sonrió a la vez que yo solo asentía como niño obediente y bueno. Dejó lo que estaba haciendo para tomarme de la cintura, haciéndome cosquillas; elevando mi trasero para bajarme el bóxer que llevaba puesto. Lo desliza lento y suave como si yo fuera de porcelana frágil. No pude despegar la vista de él, en ningún momento. ─Abre las piernas para papi, bebé. ─él lo sabía. Sabía que quería un Daddy y lo estaba disfrutando al verme a su merced por ello. Sus ojos reflejaban el deseo por la dominación de mi cuerpo, tenerme a su disposición en todo concepto. Entonces me dije a mi mismo: "Si quería jugar... Pues juguemos".

୧Necesidades Fuertes୨ Yaoi∘˚˳°ꨄ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora