୧Cuidado Merecido୨∘˚˳°ꨄ︎

2.4K 75 1
                                    

Te daré todo, bebé. Siempre te daré absolutamente todo.

¿Lo prometes? ─un lado persuasivo y a la vez pasivo se desprende en mi voz, buscando de alguna manera asegurar sus palabras tan significativas. Mientras que me sostiene de mi trasero y yo recargado en su regazo, haciendo fricción sobre su amiguito despierto. Noté como se muerde el labio inferior, aguantando las ganas de devorarme.

Sí, bebé. Te lo aseguro. Te lo daré todo, ¡todo! ─exclama lo último, claramente sediento de mi cuerpo; él temblaba, sus manos se aferraban a mi piel como si tuvieran pegamento. Tal vez era el alcohol en su sistema, o quizás la droga. Pero esta parte de él, me encantaba.

¿He sido un nene bueno? ─abulto mis labios de forma infantil, jugueteando con las yemas de mis dedos en el cuello de su camisa, rozando levemente su piel.

Sí, haz sido obediente. Y por eso te daré una recompensa. ─habla apretando más mi cintura, podía sentir sus uñas clavarse en mi carne. ─Aunque... ─suspiró más pesado de lo que imaginé. Lo que significa que había algo que no le gustaba. ─Al último cliente de hoy, no le diste la suficiente atención como se debería. ¿En qué pensabas, bebé? ¿No te agradaba su cuerpo? Me lo tendrías que decir con anticipación, así evito problemas o confusiones con el cliente; hoy solamente me pagaron un 80% del costo de tu cuerpo. Y eso está mal.

S-sí m-me ag-agradaba, p-pero... ─me callé, porque no sabía cómo decírselo. Mis palabras quedaron vacías. Por un momento nos quedamos en silencio; yo mirando a la nada, perdido, mientras que Ramal acariciaba mis muslos con lentitud. Hasta que siento como me toma del mentón y lo alza hasta su rostro, inclinándose y chocando sus labios con los míos. Era un beso tan dulce que al pasar poco tiempo, se transformó en uno lleno de lujuria y deseo. La combinación de nuestros sabores era exquisito. Nuestros dientes se chocaban y nuestras lenguas batallaban por ver cuál era la dominante. Obviamente ganó él. Se aseguró de que no me escapara sosteniéndome de la nuca y atraerme más hacia él.

Me encantas demasiado, nene. ─dijo entre jadeos, tratando de seguir el beso. Nuestros labios apenas se separaban para dar paso al oxígeno.

Mmm~ ─gemí entre besos y lenguas. Una mano suya se dirigió a mi pecho, tomando una de mis tetillas con dos de sus dedos; la bordeaba tan lento, que me desesperaba. La pellizcaba con mucha fuerza y la estiraba tanto como podía, haciéndome lagrimear de placer. Podía sentirla caliente. Demasiado calor.

Pórtate bien para Daddy y acuéstate en la cama. ─dijo jadeante con un hilo de saliva uniendo nuestros labios. ─Y muéstrame ese redondo trasero.

Sonreí, su narrativa sexual me generaba toda una rebeldía por gusto. Moví mis caderas en el medio de la trayectoria entre él y la cama, podía sentir su mirada en mí, deseoso. Antes de que me posicione sobre la cama, volteo a echarle un ojo, verificando el hecho de que esté mirándome fijamente. Y lo estaba. Así que aprovecho la oportunidad de alterarlo.

Parado junto al borde de la cama, comienzo a tocar mi cuerpo, cerrando los ojos e imaginarme que era él quien me proporcionaba esos escalofríos. Una fantasía que se volvería realidad en escasos minutos. Me toqué con el pensamiento de ser poseído por Ramal, y sólo por Ramal. Hasta que me dejé caer de rodillas en el colchón, jadeando; mi respiración se alteró un poco mientras me deslizaba lentamente por la suave colcha que sería ensuciada por nuestros flujos. ¡Lo deseaba tanto! Miré hacia atrás y allí estaba. Con una mano masturbándose su gigante miembro y la otra tocándose automáticamente su propio pecho. Gemidos míos resonaban en la habitación nuevamente, hasta que Ramal detiene sus movimientos y camina apresurado hasta mí. Yo ya me encontraba verdaderamente exitado y con el trasero al aire, esperando a que me someta.

୧Necesidades Fuertes୨ Yaoi∘˚˳°ꨄ︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora