Una continuación ficticia a la historia tan breve de Lee Chowon y Yoo Kyungsoo, que a mis ojos tiene y tuvo demasiado potencial por explotar.
También haré mi propia versión de la historia de amor de los papás de los Park, porque si me quedé con curi...
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Hace 22 años...
Esta era la primera presentación de Chowon. Él había estado en clases de violín desde que tenía memoria, su profesor, Choi Junseo siempre había sido parte de su vida, una gran lástima que las lecciones de música no duraran más de una hora por día.
—Número 12, ve preparándote.
Chowon suspiró y tomó su violín. Era su turno, tenía que dejar los nervios y salir al escenario. Esperaba que sus padres hubieran hecho un poco de espacio en su apretada agenda para poder irlo a ver.
—Presentando al participante número doce, Lee Chowon, que nos deleitará con...
Ya no escuchaba más, estaba tratando de concentrarse en su respiración. La pieza que tocaría es sencilla, él podía tocarla con los ojos cerrados y sabía que ganaría. Fantaseaba con los abrazos y halagos de sus padres y hermanos.
Salió al escenario y dio todo de sí al tocar. Sintió cada una de las notas que tocó y no fue sorpresa para nadie cuando al seleccionar a los ganadores, Lee Chowon quedó en primer lugar. En el público podía ver al profesor Choi aplaudiendo con una gran sonrisa en su rostro y hasta creyó ver cómo se limpiaba una lágrima.
Durante toda la ceremonia, Chowon solo podía mirar alrededor buscando a sus padres o hermanos, nunca se llevó tan bien con ninguno.
—¡Niños, sonrían!— uno de los jueces anunció para tomarles una foto a los tres primeros lugares. El flash cegó a Chowon.
Mientras los participantes salieron del recinto al pasillo de dicho, donde las familias o invitados halagaba al concursante, la única persona para adularlo era el profesor Choi.
—¡Lee Chowon!—exclamó el hombre—, estuviste magnífico.
Aunque le gustaba recibir halagos, rara vez los conseguía.
—Gracias, profesor.— el profesor Choi le ofreció un bouquet de flores que aunque no muy armonioso debía de tener algún significado lindo, como todo lo que le daba su profesor. No lo tomó de inmediato porque el trofeo del primer lugar era de cristal y era muy pesado. El profesor lo ayudó un poco y con una sonrisa le revolvió un poco el cabello.
—Para el ganador más talentoso del recinto.
Chowon se sonrojó y aceptó el bouquet.
—¿Podemos salir de aquí?— preguntó Chowon al ver al tercer lugar ser abrazado por su familia.
El profesor sonrió y le dio una amable caricia en la cabeza, acomodando su cabello.
—Por supuesto, ¿quieres ir por un helado? ¿Quizás una soda?
—¿De verdad?— Chowon sonrió y el profesor Choi le devolvió la sonrisa.
En el camino a la heladería Chowon pensó en lo mucho que quería al profesor Choi, quien siempre lo apoyaba y le daba toda la atención positiva que siempre quiso.
