Nighttime routine

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Chowon nunca fue muy apasionado sobre tocar el piano, siempre pensó que su fuerte estaba en el violín y ese era, de hecho su instrumento por excelencia, pero desde hacía unos días no podía separarse del piano, tocando cuidadosamente las notas, tra...

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Chowon nunca fue muy apasionado sobre tocar el piano, siempre pensó que su fuerte estaba en el violín y ese era, de hecho su instrumento por excelencia, pero desde hacía unos días no podía separarse del piano, tocando cuidadosamente las notas, tratando de materializar la melodía que tenía en su mente y cuando algo sonaba bien, lo anotaba en una hoja.

Para la pareja del músico era sublime escuchar la creación de una nueva melodía pero llegar a las tres de la mañana en un viernes por la madrugada debido al trabajo y encontrarlo sentado en el banco del piano con una libreta en el regazo  y un lápiz en los labios era algo bastante inusual.

—¿Sigues despierto?— preguntó cerrando la puerta detrás de él.

Chowon volteó algo sorprendido, como si no hubiera enterado de su llegada.

—No te escuche entrar.— no se movió de su lugar, solo se volteó un poco para verlo con una pequeña mochila al hombro. Desde que Chowon se había mudado a su nueva casa, Kyungsoo aún iba y venía a su antiguo cuarto -si se le podía llamar así a esa cajita - por ropa.

Kyungsoo sonrió y enfocó su mirada en la libreta en el regazo de Chowon.

—¿Compones algo?

—Algo así— cerró la libreta y le dio la espalda al piano—, aun no logro nada que me resulte bueno.

—¿Podrías tocar un poco para mi?— Kyungsoo se acercó a su pareja y se agachó un poco para dejar un rápido beso en su frente, haciendo que el Omega se sonrojara y frunciera el ceño sonriendo.

—¿A esta hora? No sé, estoy muy cansado y mis manos no dejan de temblar— Chowon se puso de pie y sin que su pareja lo supiera empezó a liberar feromonas para marcarlo como suyo. Era algo bastante infantil y tal vez un poco posesivo de su parte, pero le daba un poco de paz mental—, ¿mañana te parece?

—Claro.— Kyungsoo dejó su mochila en el piso y siguió a su pareja hasta la cocina, sin poder evitar ver las hermosas manos del Omega, lleno de preocupación por el tema de "temblar".

—¿Ya comiste algo? Cené pasta y quedó un poco, si quieres podría calentarte un poco, pero si crees que tal vez es muy tarde...— no terminó con su propuesta cuando fue levantado del suelo y envuelto en unos fuertes brazos.

—Mejor abrázame, ¿puedes?

Prefirió no decir nada y solo envolver el cuello del Beta con sus brazos, respirando la suave esencia de su novio.

—No entiendo porque no te mudas de una maldita buena vez.— susurró con la cara contra su cuello.

—Ya te dije que pague el alquiler de dos semestres y el tiempo aun no se vence.— el agarre en la cintura de Chowon se apretó un poco, algo que secretamente le encantaba.

—Sabes que el dinero no es una preocupación mía, ¿verdad?

—Créeme que lo sé— dijo mirando a su alrededor. Sabía que Chowon rara vez estaba en su antigua casa, tal vez por lo sucedido con su ex marido, Park Dojun, por el trabajo o quizás un poco de ambas y tener semejante lugar para una sola persona que rara vez hacía acto de presencia era algo que la pobreza de Kyungsoo no podía digerir—, pero habré gastado dinero a lo tonto.

—¿No podrías, no sé... rentarla?

—No creo que alguien quiera rentar mi apartamento por cuatro meses.

—Yo no querría quedarme más de uno.

Kyungsoo rio, tocó la tersa mejilla del Omega, alzando la bella cara del mayor.

—¿Ni siquiera conmigo?

—Ni siquiera contigo.

Kyungsoo volvió a reír pero esta vez uniendo sus labios en un beso más largo y un poco más profundo. Las manos del Omega empezaron a trazar suaves caricias por la espalda de su novio, pero luego se apartó rápido del beso.

—¿Entonces no quieres cenar nada?

—No, mi amor.

—Bueno, bájame— pidió y se le fue concedido. Tomó la mano del Beta y este empezó a hacerse altas expectativas de esa madrugada. Muy rara vez era Chowon quien tomaba la iniciativa—, vamos a dormir.

Claro que sí.

Al llegar a la recámara de Chowon y Kyungsoo sucedió la misma rutina de siempre: el Omega iría al baño a lavarse la cara, los dientes y después se pondría su pijama, mientras tanto el Beta se quitaría la ropa sucia y se cambiaría a una playera cómoda.

—Deberías bañarte.— sugirió desde el baño Chowon mientras se ponía una mascarilla.

—¿A esta hora?

—Ya es sábado así que no tienes que preocuparte por la universidad— a Kyungsoo le parecía una vista sublime ver a su novio tan al descubierto, tan al natural; recordaba la primera impresión que tuvo de él: un Omega adinerado, brutalmente hermoso, arrogante y sin duda inalcanzable.

Salir con él aún se sentía como un sueño.

—¿Huelo mal?

—No, lo decía por si querías dormir fresco— Chowon nunca admitiría que a pesar que Kyungsoo fuera un Beta el aroma que él podía encontrar en su ropa, en su piel, el que obviamente no tenía punto de comparación con los Alfa, pero aquel aroma tan mundano, tan común y para otros tan invisible era uno de los factores primordiales para que Chowon pasara una buena noche—, ¿ya estás listo para dormir?

—Solo me faltas tú.

Que cursi, pensó sonriendo.

—Así que muévete.

Chowon al ya no estar pegado al piano realmente sentía todo el cansancio del día cayendo en sus hombros como plomo. Si bien los ansiolíticos agregaban muchísimo de cansancio a su persona, ese día había sido específicamente pesado. Ignoró los últimos pasos de su rutina de cuidado facial y salió del baño.

Al volver a la recámara vio que la única luz prendida era la de la mesita de noche. El rubio ya estaba arropado como un bebé.

—¿Hoy te he dicho que eres hermoso?

—Hoy no— antes odiaba que la gente le dijera lo hermoso que es, pero viniendo de Kyungsoo, sabía que no se refería al hecho de que fuera un Omega Dominante de una gran familia, sabía que no se refería a el olor de sus feromonas. Se refería a su belleza, a él y solamente a él.

—Ven aquí— palpó la cama, un lugar cerca de él. Chowon negó con la cabeza con una pequeña sonrisa y se metió en la cama, escurriéndose hasta estar al lado de Kyungsoo, quien lo rodeó en un gran abrazo, besando su coronilla—, eres hermoso.

Chowon negó con la cabeza y se acurrucó más en los brazos de su novio.

—Ya duérmete, Kyungsoo.

Rio y sostuvo a Chowon por el resto de la madrugada.

«Lo que pudo ser»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora