♧♡ ¡Enamorándome de un Ángel! (Lector X Azazel x Harem) ♡♧

Parte 2.- Sadismo en la oficina

Recuerdo levantarme y notar que Azazel ya se situaba

- ¿Compañero de investigación? - balbuceo ante la mirada atenta de Azazel quien continuaba anotando todo lo que transmitía la televisión.

- Si, tengo anotaciones de varias chicas demonio en la ciudad, fueron encuentros cortos pero se que eran demonios - sacando una hoja de papel muestra instrucciones sobre investigar al respecto y una solicitud de ayudante de investigadora.

- Esto es muy extraño pero por otro lado, conocer chicas demonios... supongo que vale la pena - sonreía con cierta malicia firmando la solicitud y recibiendo un peculiar gorra militar blanca que brotó de un az de luz del cielo - Bueno, hagamos esto.

- Muchss gracias, T/N, eres un gran colega, vamos, se que encontraremos muchos -

Dejando ver una sonrisa nerviosa se acerca a mi apretando su suave cuerpo contra mi, sintiendo una sensación cálida.

<< Son tan suaves~ >> pensé llendo a un cajón a colocarme unos viejos guantes negros en mis manos y una gabardina de un disfraz de noche de brujas.

- Recuerdo a alguien que tenía una vestimenta similar, solo necesitas estos - decía Azazel sacando de su bolsillo unas gafas de sol - Te da estilo.

Salimos de mi departamento temprano, llevaba una bolsa de panqueques pues era de mis favoritos caminando junto a ella por las calles.

- Si el infierno es peligroso, las calles de mi ciudad lo superan por mucho - Dije confiado llegando a la entrada de mi trabajo recordando aquel evento de ayer.

Fue una mujer hermosa con la que choqué, recordaba que vestía un uniforme de secretaria y mostraba cansancio en sus ojos. Pensando en muchas posibilidades decidí entrar al edificio seguido de Azazel quien jugaba y tocaba todo lo que se cruzaba en su camino.

- [T/N] otra vez tarde, será mejor que llegues temprano mañana o te despido - decía mi gruñón y amargado jefe quien se cruzó conmigo entrando a mi escritorio.

- Tengo registros de un tipo de demonio por esta zona de oficinas, espero puedas saber de quien se trate... tú has búsqueda de campo, yo usaré tu monitor de investigación - comentaba Azazel señalando hacia mi computadora y hablando del asunto en su grabadora de voz.

Detrás de él, como una sombra caminaba aquella chica de ayer; era tan hermosa como la recordaba, sus mechones blancos se acomodaban con sus lentes y unas extrañas protuberancias salían de su cabeza.

Confundido me senté en mi escritorio, Azazel inquieta comenzó a juguetear con mis cosas sin prestarle mucho atención.

- ¿Ahora que hacemos?, veo que también tienes contenido de demonios en tu computador - decía abriendo el historial de mi monitor - ¿Qué tiene de interesante buscar sucubos?, T/N.

Apresurado tomé el mouse para borrar todo y dejarla usando el navegador para ir tras la chica de aspecto peculiar.

- ¡Hey!, Tú - grito a la secretaria que se dirigía hacia su oficina, deteniéndose al verme acercándome.

- Hola, ¿no eres el chico de ayer? - decía con apatía evitando que los documentos en su carpeta se cayeran.

- Solo quería... saber si te gustaría un café... pareces muy cansada y no te había visto antes - comenté intentando no sonrojarme o mostrar debilidad ante la mujer.

- Claro, sería muy amable, llévalo a mi oficina - dijo cerrando con fuerza la puerta.

Yendo con velocidad a la cafetera preparo una taza con doble dosis de café pensando que así podría hablar de forma más amena.

- Azazel, ¿estas bien? - caminaba con la taza en la mano mirando a ella abrir un par de páginas para adultos.

- Cuanto poder, cuanto conocimiento... y yo usando notas de campo -

Dejando en sus pensamientos entro a la oficina, la secretaria escribía en su teclado con estrés en la mente y con el ceño fruncido.

- Ohhh, muchas gracias, lo necesitaba, te has portado muy amable conmigo... no como tu maldito jefe - bebiendo el café con calma esta libera un suspiro de alivio.

El ambiente se había avivado pues el rostro de la mujer se mostraba más macabro, quitando el gorro que cubría su cabeza se deja ver los cuernos en esta.

- Pandemonica, así puedes llamarme, cariño - esta agilenmente toma una de las tijeras en su escrito para lanzarme al suelo amenazandome - Soy una demonio, el trabajo y la vida propia debe estar muy separada, tengo 5 minutos.

- ¿5 minutos? - murmuró sintiendo el suave filo de la tijera rasgar mi mejilla.

- Para divertirnos... tú me trajiste café, fuiste amable conmigo y me conseguiste levantar el ánimo... es lo menos que puedo hacer por ti - decía cerrando con seguro la puerta de la oficina - Eres un chico malo, ¿no es así?.

No sabia que hacer, mi mente se confundía sintiendo los cortes delgados en mi piel sin llegar a hacerme desangrar. Mordiendo mi cuello ella intenta doblar uno de mis dedos pero el tiempo se acababa limitándose a besarme en la boca hasta dejarme casi sin aire.

- Gracias por el café~ - sacándome de una patada de la oficina, me dejo desaliñado sentándome en mi escritorio con Azazel a mi lado.

- Parece que te atacó un lobo... - el ángel seguía usando mi computador, parecía que nadie notaba su presencia en el trabajo.

La jornada terminó al final de todo, con vendas en los brazos me fui hacia mi departamento junto al ángel en mis hombros.

- Pandemonica, vaya nombre, aunque... era muy hermosa - sonriendo en el autobús con Azazel descansando en mi hombro - Gracias por acompañarme hoy, Azazel.

- No es nada, lo que sea por mi compañero de investigación - murmuraba cayendo dormida en mi hombro.

La noche había caído y solo sabía que era peligroso jugar con fuego tratándose de Pandemonica pero siendo sincero, si la vida es una basura un poco de peligro la hace mucho mejor.

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Espero hallan disfrutado del capitulo, déjenme sus sugerencias y a que personaje desean ver en el siguiente capítulo.
Les agradezco que lo lean y me den su voto.