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-¿En dónde está tu mujer?, se supone que hace dos horas ya debía de haber estado aquí.

-Ya viene en camino jefe, debió de haber ocurrido algo para que aún no llegue.

-Ahora entiende porque le decía que esa mocosa no debería estar con nosotros jefe -Menciono la rubia- Solo es una niña no tiene idea de que son los compromisos.

-Tu mejor cállate Lola solo hablas por envidia de que mi pequeña sea mejor que tú.

-¿Mejor que yo?, si apenas y puede torturar a una persona, y ni siquiera lo hace bien.

-¿No me digas que ahora hablas con las victimas para saber que tan bien hago mi trabajo?

La voz de la pequeña Hana se había hecho presente en el fondo de la oficina, mientras todos discutían lo que al parecer era su tardanza ella había pasado desapercibida para así posicionarse en el fondo más oscuro de dicho lugar, le divertía ver como su jefe se frustraba por que la menor no llegaba y si bien no veía su rostro porque este llevaba una máscara su cuerpo dejaba en evidencia lo tensionado que estaba, por otro lado su novio que no dejaba de observar el teléfono al parecer esperando un mensaje suyo que le dijera en donde se encontraba y luego estaba Lola que no dejaba de ver con sonrisa estúpida a su hombre, con pasos seguros camino al lado del azabache para así hacer posesión de esos labios que tanto le gustaban dejando en claro a la rubia que ese hombre era suyo y que no importaba que en el pasado haya pasado algo entre ellos, el presente y el futuro del joven era ella y nadie más que ella.

-Llegas tarde -Menciono la rubia-

-No. no lo he hecho, hace una hora estaba ahí parada -Señalo el lugar en el que había estado- Que ustedes no me hayan visto es diferente.

-¿Como hiciste para entrar sin ser notada? -Pregunto el hombre mayor que al parecer era su "jefe"-

-Es fácil cuando todos están más ocupados en hablar sobre la tardanza de una menor a estar atentos en lo que pasa a su al rededor.

El jefe estaba más que emocionado, había escuchado de la rebeldía que la menor tenía y no solo por la boca de quien creía que era como su hijo sino de todos los internos del lugar, muchos de los asesinos que llevaban más tiempo le decían lo mala que podía llegar a ser la chica, tal vez por esa razón había conseguido enamorar a Jungkook, tal vez por esa razón hoy eran la pareja más buscada por las autoridades, de los cuatro años que llevaba la chica en su mafia era la primera vez que habían podido cruzar una palabra, era triste que lo hicieran solo porque la mocosa rubia quien el consideraba como su otra pequeña hija le había dado quejas del comportamiento de la menor, ni bien recibió los golpes de la chica corrió a los brazos de su "papi" para decirle lo que le había hecho ese pequeño monstruo.

-¿Sabes porque estás aquí verdad? -Hablo el mayor-

-¿Se supone que debería saberlo? -Claro que lo sabía solo quería ver con que le saldría su jefe-

-Has herido fuertemente a Lola y eso es algo que no te puedo perdonar.

-¿Porque no?, no es la primera pelea que ocurre en este lugar, a menos que ella tenga preferencias por ser su puta.

-¡Hana! -Advirtió el azabache lo que menos quería era ver a su novia castigada-

-No soy su puta soy su hija -Menciono la rubia-

-No me digas, ahora entiendo como esta en este lugar sin siquiera mover un dedo.

-Te equivocas en eso, sé muy bien como es la labor de mis trabajadores y Lola es una de las mejores asesinas hasta el momento.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora