Capítulo 29

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Mis pensamientos fueron interrumpidos al escuchar un golpe en la puerta; Sasuke me soltó no sin antes darme otro beso corto en los labios.

- Adelante -

Karin entro despacio; no parecía dispuesta a pasar por lo mismo que por la mañana, pero sonrió ampliamente al vernos.

- ¿Están listos? Naruto ¿Vas a ir así? -

Parpadee.

- ¿A dónde? -

- A comer - Sasuke respondió y Karin resopló.

- Se suponía que tú se lo ibas a decir. Si que los alfas son de confianza. Siempre puedes contar con ellos para... -

- Cállate - Sasuke la corto.

Dentro de mi estaba de acuerdo con las palabras de Karin, pero no me atreví a decirlo en voz alta, así que me di la vuelta para buscar mi ropa en el armario.

- Creo que ya está por hoy -

Fruncí el ceño, confundido.

- ¿Qué cosa? ¿Qué es lo que...? - me detuve en la mitad de la pregunta cuando Karin se encogió de hombros.

- Cambiate - dijo ella en lugar de contestar y capte la indirecta.

Acabamos en un pequeño restaurante, medio vacío  a orillas del río. Sasuke se veía de buen humor, pero Karin estaba callada más de lo normal y miraba el anillo en mi mano con una expresión que no supe descifrar.

- No debería de haberlo traído ¿Verdad? - solté en voz alta la tercera vez que la vi mirando mi mano. Karin bajo la cabeza, avergonzada.

- No es eso - contestó.

No le creí. Mire a Sasuke que había cambiado su humor y ahora fulminaba con la mirada a la pobre beta. Me mantuve callado en el resto de la cena y no dije nada cuando Sasuke me avisó que tenía que irse otra vez, que no podía decir a dónde ni a qué, que solo volvería por la noche. Me mantuve estoico y firme hasta que Sasuke se quedó esperando en el umbral de la puerta con la chaqueta en mano.

- ¿Qué sucede? -

Sacudí la cabeza.

- No es nada -

- Te dije que no le hicieras caso a Karin -

Tragué saliva.

- Está bien -

- De acuerdo... Pero creo que no se trata de eso ¿Qué es lo que pasa? - pregunto con tranquilidad.

- Soy curioso -

Sasuke supo de que estaba hablando, me daba miedo de que supiera leer mis palabras claves.

- No te puedo decir lo que estaba haciendo -

Solté un suspiro.

- Dices que no estoy obligado a quedarme y que confías en mí, pero tampoco me cuentas tus problemas, entonces ¿Para que sirve que esté aquí? -

Sasuke dudó.

- Es verdad, confío en ti y se lo que pasaste antes de que me conocieras. Solo quiero que seas feliz conmigo y que te quedes en un lugar seguro -

- Escucha, no soy un Omega y tampoco una mujer que trates como la más fina porcelana. Soy un beta, un beta hombre ¿ No crees que lastimas el poco orgullo que me queda dejándome en una habitación solo como si fuera un ama de casa? ¿Crees que me puedes mantener feliz con caprichos caros? -

- ¿Por qué el cambio de humor? -

- Ahh ¡No se! - hice una pausa - No me siento bien y los pensamientos de que soy como una mujer, me hace sentir de mal humor -

La mirada de Sasuke cambio y se abalanzó hacia mi.

- Naruto ¿Cuándo fue la última vez que te hiciste una prueba de género? -

- Hace tres semanas ¿Por qué? - supe adivinar lo que estaba pensando - No lo creo, no hemos tenido relaciones sexuales desde la última vez que abusaste de mi -

- Ugh - al parecer fue un golpe bajo, porque se mostró dolido - y me arrepiento de eso, es solo que... Soy demasiado posesivo y no era bueno mostrando mis sentimientos -

- ¿A poco tienes? -

Los ojos del alfa se endurecieron.

- Los tengo aunque no los creas -

- Ja... - la verdad no tenía ganas de discutir, me dolía la cabeza y todavía no entendía porque había cambiado de humor de la nada, supongo que fueron mis inseguridades.

- Sabes que... Me voy a acostar en la cama en posición fetal, para tratar de buscar una respuesta - caminé hacia la puerta de la habitación, abrí la puerta y la cerré de golpe. Me di cuenta que había actuado como una esposa y que tal vez eso lo iba a enfadar, pero milagrosamente oí el suave chasquido de la puerta unos segundos después.

Pase la noche en vela. Memorice el patrón del papel pintado, me observé a mi mismo en el espejo dorado, alise varias veces las sábanas y observé el anillo de oro que había dejado encima de la mesa.

No quería, ni quiero convertirme en un Omega, pensé que estaba preparado, pero no fue así. Últimamente me sentía muy débil, con mal humor y con ganas de ser marcado. Se que no se trataba de un embarazo, eso era técnicamente imposible, pero se que se trataba de un cambio de género, algo que nunca creí.

- Dudo que sea verdad, solo es un cambio de aire - susurré.

Para cuando los primeros rayos del sol atravesaron la ventana, estaba casi seguro de que no era la pesadilla de un niño creciendo en mi estómago que no me dejó dormir. Sino el pánico, de ver ese espantoso aparato cambiando el signo de esto β a esto Ω.

Y si eso sucediera ¿Qué iba a hacer? ¿Estaba preparado para dar un hijo? ¿Estaba listo para criarlo y actuar como una madre amorosa? ¿Esperar en la mansión a qué Sasuke llegará como todo un ama de casa?

Ahora sí que tuve miedo. No sabía que hacer o cómo reaccionar ante tal situación.

La puerta de la habitación se abrió, haciendo que pegara un brinco y un Sasuke ojeroso y digno apareció ante mi.

Mi pánico aumento al ver el aparato de prueba de género en sus manos.

- Karin hizo lo posible para conseguirlo -

Tuve que respirar hondo antes de tomarlo.

- Sasuke, si cambio... No me vayas a embarazar -

Sasuke sonrió - No me atrevería, tomate tu tiempo -

Saque todo el aire, abrí el cartucho y me mordí el dedo índice. Al igual que la otra vez, la sangre cayó en la zona blanca y poco a poco se pinto.

- Dios mío, necesito ver a mi mamá - dije mientras las lágrimas resbalaban de mis mejillas.

La zona blanca se había pintado Ω.
















Bad deathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora