Capitulo 55

1.6K 253 19
                                    

Una noche, después de escuchar la noticia, tuve que esperar dos horas en la cama cada vez más preocupado, respiré hondo al ver a Sasuke entrando en la habitación.

-No te levantes – me detuvo con suavidad, al ver que empezaba a pelearme con las mantas. Se inclino para besarme y vi el cansancio en su rostro.

-¿Qué sucedió? ¿Quién fue? – pregunte, distraído.

Sasuke suspiro.

-Fue mi tío –

Fruncí el ceño.

-¿Cómo? –

-Fue mi tío que intento hacerte daño –

Ahora si que me levante.

-¿Qué? –

-Trato de amenazarme, solo para darle mi puesto –

-¿Por qué no me dijiste que tenías un tío? –

-No quería preocuparte –

Puse los ojos en blanco.

-Oh pues gracias, me alegra ser un ignorante ante el peligro – susurre, pero el sacudió la cabeza.

-Lo vamos a traer. Pero no te quiero en medio de esto. No quiero que pongas en peligro a nuestro bebé –

-No te preocupes, no soy tan estúpido – sonreí – de hecho, tengo la ecografía – dije con suavidad y la expresión del alfa se ablando.

-Enséñame – dijo con rapidez y se inclinó para agarrarla cuando se la mostré.

Sasuke sonrió al verla.

Había ido a la revisión de los siete meses, de urgencia porque me la había pasado un par de mañanas un poco mareado. Lo cual el médico había atribuido... al estrés.

-Es muy grande – dije, al ver que no decía nada – el médico dice que crece mucho –

Él asintió sin apartar la mirada de la fotografía borrosa.

-Esta aquí su brazo – dije en voz baja, rozando la foto con las yemas de los dedos. Tuve que sonreír al verlo ensimismado parpadeando despacio con una pequeña sonrisa.

-¿Qué dijo el médico? –

Me encogí de hombros.

-Que estoy bien. Que descanse y que no lleve disgustos –

Sasuke asintió con seriedad.

-No te llevaras disgustos – dijo con firmeza – yo me ocupare –

-Esta bien. Pero no dejes de contarme nada, eso no me va a ayudar a estar tranquilo –

Sasuke ladeo la cabeza.

-¿Qué vas a hacer con tu tío? –

-Lo voy a atraer –

Fruncí el ceño.

-¿Cómo? –

-Pienso torturarlo –

Me atragante.

-No puedes hacerlo eso, Sasuke – dije al final con voz débil.

-Trato de lastimarlos, es lo único que puedo hacer –

-Lo único que puedes hacer... - suspire, frotándome las sienes con cuidado – Dios. No se qué hacer, contigo –

Sasuke suspiro.

-Es lo que soy – dijo en voz baja.

Estuve a punto de decir algo, pero me contuve a tiempo. Sasuke me beso en el cuello con cuidado, zanjando la conversación de un modo eficaz.


-Es totalmente estúpido –

Asentí.

-Si –

-Que no te dejen pasar a ti, esta bien. Pero yo...-

-Tendrían que dejarte –

-Soy beta, por el amor de dios ¿Qué voy a hacer? –

-Nada. Absolutamente nada –

Karin me dio un golpe ligero en el hombro, sonriendo a su pesar mientras reía.

-No tengo claro que está pasando, que están haciendo, como esta Sasuke –

-Lo sabremos pronto – insistió Karin, en tono tranquilizador.

El tío de Sasuke había llegado por la mañana temprano; unos hombres de aspecto intimidante lo habían traído. Llevábamos un buen rato esperando mientras le hacían dios sabe qué.

-¿No estas enojado? – pregunto Karin después de un rato - ¿Por lo que trato de hacerte? –

-Un poco – respondí antes de que la puerta se abriese.

Sasuke salió, serio, de aspecto cansado y con manchas de sangre en el traje. Salte de la silla y Karin se cruzo de brazos.

-¿Qué hiciste? –

-Lo necesario –


Dos semanas después, desperté de madrugada completamente desorientado y miré a mi alrededor, preguntándome que me había despertado. Sasuke dormía a mi lado; oía su respiración y notaba su brazo cálido alrededor de mi cintura. Un débil rayo de luna entraba por la ventana y todo estaba en calma.

Di un respingo y me di cuenta de lo que me había sacado del sueño; el bebé. El bebé se estaba moviendo.

Ya era demasiado grande; tenia cada vez menos espacio y me costaba más moverme. Los médicos insistían en que pararía de removerse poco a poco, pero no veía indicios de que se hubiera calmado. Pataleaba cuando oía la voz de Sasuke, pataleaba si estaba demasiado tiempo de pie, pataleaba si oía un ruido fuerte o simplemente me juzgaba si estaba demasiado tranquilo.

Me deshice del brazo de Sasuke, conteniendo un quejido y me incorporé en la cama con dificultad.

-Está bien – cante en un murmullo – Ya me levanté, ya me levanté. Tu ganaste –

Sali de la cama despacio, estremeciéndome al salir de la protección de las sábanas. Me encantaba mantenerme bajo la montaña de mantas que Karin traía, respirando el olor de Sasuke impregnado en ellas y la combinación de eso con la creciente pesadez en mi cuerpo entero hacia cada vez más difícil levantarme por la mañana.

Mi alfa hizo un sonido bajo en cuanto perdió el contacto con mi piel y su mano se extendió en mi búsqueda por el hueco que había dejado en la cama, pero no se despertó.

Lo observe con una media sonrisa durante varios segundos antes de sobresaltarme de nuevo. Hice una mueca y salí al balcón.

Empecé a tararear en voz baja, meciéndome con cuidado y caminando de un lado a otro del balcón. Era una noche sorprendentemente templada; no había viento y el jardín era una jungla de sombras oscuras formas recortadas. Si no fuera por la insistente molestia de mi vientre, habría sido una noche muy agradable, pero...

Me apoye en el alfeizar con un suspiro. Ladeé la cabeza, fruncí el ceño, había una sombra que no reconocía; era demasiado alta y se movía, escurridiza. Parecía...parecía una persona. Pero no parecía una que trabajase aquí. Corría alejándose de la casa, en dirección a los limites de los jardines, sin hacer ni un ruido.

Abrí la boca para despertar a Sasuke, pero mi cuerpo se quedo paralizado al notar un pinchazo fuerte doloroso, en la base del vientre. Me doble hacia delante, conteniendo un gemido y me agarre a la barandilla del balcón intentando respirar.

Fue entonces cuando me di cuenta.

No eran patadas lo que sentía.

-Sasuke – el pánico convirtió mi voz en un hilo bajo y patético – Sasu...-

Bad deathDonde viven las historias. Descúbrelo ahora