7- Creep

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(Punto de vista de Jeffrey):



Desearía ser especial; pero soy un bicho raro...






Cuatro de la tarde en este pueblo donde hasta el diablo ha huido a causa del aburrimiento

Los días sofocantes de este espantoso verano interminable sólo nos han brindado el consuelo de poder ver su cuerpo perfecto, perplejos por demás al verla pavonearse por el pueblo con pocas ropas. Fue así que yo y mi grupo de amigos, caímos bajo su embrujo

Este es el horario que acordé con Axelle para vernos, lejos del ruido de las calles centrales, lejos de las posibles miradas de mis amigos

-Jeff, este lugar es peligroso

-No lo es, sólo un hangar que ya no usan. ¿Te gustan los aviones?

-Me van a gustar el día que conozca uno. En un año, voy a volar a Nueva York. Es mi promesa diaria a mi misma

-¿Por qué?

-Porque no tengo nada aquí. Vivo en un lugar que es el mismísimo infierno. Lo único que me mantiene viva es mi sueño: irme a Nueva York ni bien junte el dinero.

-Lo siento.

Soy un tipo de pocas palabras, lo sé. Taciturno y melancólico, porque la vida no es sino una tragicomedia sin sentido

Pero Axelle me cae bien.

No sólo porque es valiente y hermosa, sino porque es claramente auténtica.

Los otros días, nos encontramos en el río para charlar y luego fuimos a mi casa con intención de tener sexo. Fue el idiota de Duff el que nos interrumpió con sus anécdotas intrascendentes, y luego Axelle debía volver a su casa a tiempo, para no enfurecer a su padrastro

-Ayer dormí con Saúl. Y me preguntó si coges bien. No le dije nada, tengo códigos

El idiota de Saul, siempre inseguro y necesitando medirse con el resto

- Axelle, no me importa nada lo que él sepa, piense o haga. Tampoco me importa si coge bien o mal. No soy un infantil de mierda como él.

-A mí tampoco, sólo quiero mi dinero.

Jeffrey comprende todo. No necesita indagar ni suponer. La chica tiene sólo una razón para no matarse, y si no lo cumple, todo sentido morirá.

-Entremos. Le digo y la tomo de la mano. Es su piel de porcelana lo que me enloquece. Esta vez Duff no abortará mi deseo de estar dentro suyo

El hangar está limpio y todo está ordenado; pero hice las averiguaciones pertinentes para estar seguro de que no haya vigilancia y nadie nos moleste

-¿Qué es lo que más te gusta del sexo?- Indago con sincero interés. Quiero satisfacerla por completo, y darle la mayor cantidad de dinero posible, para que pueda huir de este pueblo maldito

-Que me permite tener dinero. Y conocer hombres hermosos.

Se acerca, corre mi pelo y comienza a besarme suavemente. Acaricio su hermoso pelo similar a la seda, y de a poco comienzo a desvestirla. Su remera negra es corta y su ombligo es visible, su pollera corta estilo escocés se deja caer ante la presión de mis manos poseídas por la lujuria, y su pequeña tanga de encaje negro es pronto quitada con la misma rapidez.

Pronto estamos como dos animales en celo, ella sobre una mesa y yo practicándole sexo oral sin descanso. Sus gemidos y sus movimientos de serpiente encantadora me animan a querer más, mucho más. Mi lengua no se detiene y siento su cuerpo temblar ante la proximidad del orgasmo. Acaba y se retuerce de placer, y sonrío al ver que tengo el poder de enloquecerla sin haberla penetrado aún.

-Más, quiero más- es lo que me suplica sin dejar de mirarme con lujuria

Así que es momento de mostrarle por qué soy el mejor. Así puede transmitirle esa información al imbécil de Saul

Bajo mi apariencia calma e impertérrita, hay una bestia apasionada que ama satisfacer a una mujer hermosa

Mi miembro urge ingresar a ese espacio sagrado, así que separo sus piernas un poco más e ingreso, colmando con mi pene enorme su cavidad vagina. Y gime una vez más, como una perra en celo, mientras acerca su rostro para besarme y me mira con lascivia. La penetro bien fuerte, porque sé que una chica desfachatada como ella, ama el sexo salvaje. La lleno con mi semen mientras la veo relamerse y continuar mirándome.

Descansamos un buen rato, compartiendo besos pequeños y algunas caricias. Somos como dos almas incomprendidas a las que el desgano y la indiferencia ante la vida, han unido.

-Jeffrey, me gusta mucho el sexo anal. Tu pene es muy grande, quiero sentirlo en mi colita.

Así que el descanso acaba y la pongo en cuatro, para cumplir con su deseo. Pocas veces he penetrado una cola tan perfecta y viciosa. La muy maldita gime sin cesar y repite: más, mientras me mira como una perra en celo. Es hermosa, y lo sabe. Y me encanta que lo sepa, tanto como me encanta hacerla gozar.

Agarro su bello pelo cobrizo para continuar penetrándola por detrás, con fuerza, hasta sentir el esperma y sus gritos de placer.

Llena de mi semen, se acuesta sobre la mesa y me mira con asombro.

-Quiero repetir esta locura hasta el momento de mi muerte, es lo que la oigo decir

-Quiero vender muchas drogas para poder pagarte lo que mereces, muñeca.

Ríe ante mi frase patéticamente cursi, y pronto estamos compartiendo un cigarrillo y tomados de la mano.

-Cuando estés viviendo en Nueva York, ¿vas a acordarte de los chicos pobres de Lafayette que te penetraban?

Ella ríe y fuma. Me mira pensativa y varios minutos después, responde:

-Jamás podría olvidarme de un hombre tan hermoso y varonil como vos.

Rocket QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora