Rocket Queen

14- You Know I' m No Good

(Punto de vista de Saul)

 Es una calurosa noche de verano, un sábado que sabe a raro

Steven nos ha invitado a un pub donde tocará una banda de punk, así que vamos juntos a buscar a Duff. Y los tres vamos a disfrutar de una noche de alcohol y buena música

-Steven, estás raro

-Saul, prometí no meterme.

-De qué hablas?, pregunta Duff

-No voy a meterme en su historia con Axelle

-Pero....

-Pero nada, Saul, porque si abro la boca vas a ponerte mal y sos mi mejor amigo, así que...

-Así que nos cuentas ya lo que sabes- ordena Duff

-Hoy vi a Axelle sentada frente al río, vestida con una minifalda y con la vista perdida. Así que me acerqué a saludarla y me dijo que había estado con vos toda la noche

-Y entonces....

-Nada, no voy a contar más nada

-Si vas a hacerlo- ordena Duff

-Al rato llegó el engreído de Jeffrey, la besó en la boca delante de todos, le dijo hermosa y se fueron en su auto

No emite palabra alguna pero mis amigos saben leer mi mirada, y estoy seguro que pueden ver en mis ojos la bronca y la decepción

-La chica no pierde tiempo, ¿no?. Cogió con vos a la noche, cogió con Jeffrey a la mañana....parece que está haciendo buena plata

El comentario de Duff me da tiempo de atorarme con el vino, y seguir en silencio

-Es una puta, ¿qué otra actitud esperaban?. Digo, no podemos culparla de nada: todos sabemos que coge a cambio de dinero. Conmigo también quiso coger, sólo que le aclaré que me gustan otro tipo de chicas- dice Duff

-¿Qué hizo para querer cogerte?

-Nada en especial, Steven. Sólo mover sus caderas delante de mí en el pool mientras se tocaba adrede la cola para que viera que la tanga estaba bien metida entre sus nalgas. Claro que ese culo merece un monumento o toda la plata del mundo; pero....

-Basta de hablar de ella- digo apenado

Yo sé que es su trabajo, ¿puedo reprocharle algo?. ¿Pero por qué siempre con él?

Y es en ese mismo momento cuando los vemos ingresar al bar: Jeffrey tomándola de su cintura y ella moviendo sus caderas para dejar a los concurrentes al bar idiotizados ante su belleza.

No nos ven, y sólo le comento a mis amigos, Duff y Steven:

-Allí están.

-Vamos a otro lado, sugiere sabiamente Duff

Este sábado soporífero parecía ser la antesala del desastre

Es en este preciso momento cuando Jeffrey se da cuenta de nuestra presencia: cruza miradas con nosotros tres y levanta su mano para saludarnos.

Mis ganas de partirle la mandíbula de una trompada no se detienen.

Pronto se acercan a nuestra mesa y veo que tanto Jeffrey como Axelle están claramente drogados.

Axelle se sienta a upa de él y bebo mi vino para no matar al imbécil antes de tiempo

-Están bien drogados- comenta Duff. ¿Ya la hiciste tu cliente?

Jeff sonríe y burlonamente responde:

- Se las regalo porque ella lo merece

Para mi sorpresa Axelle permanece callada, como ida, ajena a nosotros. Y si bien está sentada sobre las piernas de Jeffrey su atención parece estar en otros mundos. Es tan hermosa que ni su estado alucinógeno le resta belleza

-¿A cambio de sexo?, pregunta Steven

Jeffrey sólo ríe y acaricia el pelo de la sirena que ambos deseamos con locura

-Saul, ella no puede volver a su casa así que se me ocurrió que pase unos días conmigo y otros días con vos, ¿te parece?

¿Quién es este imbécil para organizarle la agenda a la chica?

No respondo, esperando que sea ella quien diga algo

Bebemos en silencio y por fin siento sus ojos verdes sobre mi:

-Saul, te quiero mucho

-No necesitas mentirme para ir a dormir a mi casa. Para eso te pago

-A ustedes dos no los quiero, vos, Steven, sos un chismoso, y vos, Duff,  sos el único hombre que me ha rechazado. Lastimaste mi ego, ¿sabes?

Está tan drogada que está confesándose ante todos

Ahora mira a Jeffrey y lo besa apasionadamente.

-Él me coge muy fuerte. Aún me duele la colita.

Silencio en la mesa.

Y precisamente en este instante se apagan las luces y la banda sale a escena.

Bendito sea Dios por cortar su monólogo bizarro.

Minutos más tarde comienzo a sentir sus pies deslizándose por mis piernas, hasta que su pie izquierdo alcanza mi entrepierna y comienza a frotarse contra mi miembro,

Maldita perra hermosa

Aún en la oscuridad, vislumbro su sonrisa socarrona