VII

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El sonido de los neumáticos contrastado con el pavimento a una velocidad considerable adueñaba mi atención

Pero, sin perder ni un segundo de vista al sujeto frente a mi que de igual forma me observaba como al cazador al acecho de su presa

Miraba de reojo a través de la ventana polarizada del vehículo. Aún me familiarizaba con las calles y eso era un alivio, aún no estábamos tan lejos del punto de encuentro; o mejor dicho rapto. Porque eso era lo que había hecho Gakuhō

Después de un rato de quejas, gritos y palabras antisonantes de mi parte exigiendo una explicación de sus actos, Asano solo se limitó a levantar su dedo índice y llevarlo a sus labios en señal de que guardara silencio

Fruncí el seño

¿Acaso este imbécil piensa que puede hacer conmigo lo que quiera? Yo no soy su hijo

Enfurecer no ayudará en nada, debo calmarme un poco y analizar mi situación

Pero sin retractar mi semblante de clara furia

Instintivamente miré el seguro de la puerta. No estaba puesto

Sonreí con malicia

La puerta podía ser abierta en cualquier momento sin mayor problema, aunque está claro que no piensa detener el andar del auto

Por lo rápido que veo pasar los árboles de la acera podría calcular que viajamos a una velocidad de 50km por hora

Y para mí desgracia no era una avenida principal, por lo que escasean señalamientos o semáforos que indiquen reducir la velocidad

La idea más obvia cruzó mi cabeza; podría salta del auto en movimiento

Adaptar mi cuerpo para que ruede a la hora del impacto con el frío y duro pavimento. Causando uno que otro moretón en el proceso o incluso romperme algo, pero prefiero ese destino a qué este malnacido me lleve a dónde le plazca su retorcida mente

El plan iba bien, hasta que una opresión en mi brazo derecho me hizo caer en la realidad de golpe

Los dos guardaespaldas a mi lado que apresaban mis brazos cuál prisionero en calabozo

Genial, otro inconveniente

Les dirigí una rápida mirada. No se veían tan prepotentes o incluso más fuertes que Karasuma sensei

Su agarre no es tan firme y parecen más concentrados en esperar otra orden de su jefe que en mi presencia

Con un rápido y hábil movimiento puedo quitarlos de encima y saltar hacia la calle

Creo que lo tengo y no parece tan difícil. De hecho, tengo el leve presentimiento que Asano me subestima

Estaba por hacer mi jugada hasta que una ronca voz rompió el sepulcral silencio

—No es necesario— sentenció Asano

—¿Que?

—No es necesario que saltes Akabane

—¿Que demonios? ¿A qué te refieres?

¿Supo todo este tiempo lo que pretendía hacer?

El mayor solo sonrió y le dió la orden al conductor que se detuviera eh inmediatamente la acató

Estacionó el auto en una calle cualquiera y en menos de dos segundos todos nuestros acompañantes bajaron del auto. Dejándonos solos a Gakuhō y a mi

Se tensó el ambiente más de lo que imaginé

Mis orbes no se desconectaban de los suyos intentando descifrar con la mirada lo que rondaba por su frívola cabeza

—Te dije que era innecesario saltar del auto— comentó alzándose de hombros

Amantes del crimen [KARMAGISA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora