El verdadero Yo (The Real Me)

26

Caminó por un camino oscuro, frunciendo el ceño y maldiciendo al propietario. Pateó otro 

guijarro y exhaló con rabia. Dentro... Fuera... Calma...

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¿Qué demonios acaba de pasar?

Esta pregunta se reflejó en las caras de todos tras la salida de Naruto. Y miraron a sus compañeros en busca de explicaciones.

"¿Tienen alguna idea de lo que pudo haber pasado? Entre estos dos, coz, este dueño es un hombre bastante decente por lo que le conozco". Dijo Choji en cuanto el hombre se marchó enfadado.

Sakura picoteó distraídamente su comida, y respondió despreocupadamente "Quién sabe, Naruto siempre está causando problemas de todos modos... debe haberle hecho algo al dueño". Aunque unos cuantos estuvieron de acuerdo con ella, algunos se vieron obligados a entrecerrar los ojos también hacia ella.

"¿No crees que es hora de que al menos lo consideres un camarada?" Dijo Shikamaru enfadado, con la voz baja. "Por mucho que lo odies, está en tu equipo. No puedes simplemente ignorarlo". Sorprendentemente, incluso Ino se encontró asintiendo a las palabras de Shikamaru.

Como si fuera una señal, Kiba apuntó con un dedo a Sasuke y dijo "Al menos deberías defenderlo".

Aunque toda esta repentina simpatía sorprendió a Sasuke, no respondió mucho. No necesitaba depender de ese dobe todo el tiempo. No lo necesitaba... Pero en algún lugar incluso él se sentía culpable. Sin embargo Sakura resopló ante ellos. "¿Por qué nos culpas? ¿Cuándo has intentado ser todo un colega con él?".

Por mucho que odiaran admitirlo... ella tenía razón. Ellos mismos no habían hablado tanto con él. Excepto quizás Kiba y Shikamaru...

"Aparte de esto, ¿cuántos de vosotros pensáis dar los exámenes de chunin?" Preguntó Shino, cambiando el tema por completo.

Todos levantaron la mano y comenzaron a divagar, olvidándose del tema anterior.

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Entró en el apartamento y lo encontró desordenado. No era de extrañar, teniendo en cuenta el tiempo que llevaba sin volver.

"Esta vez sí que se lo han cargado". Murmuró Naruto para sí mismo, examinando su colchón rasgado. Lo dejó suavemente en el suelo, lo acarició y sacudió la cabeza, esperando que su viaje al cielo fuera seguro.

Hizo unos cuantos clones, que gimieron ante el estado de la casa, y de mala gana comenzaron a limpiarla. Uno de ellos se enfadó y casi se puso a buscar a los culpables.

"¡Esto no es justo!" Gritó, levantando una taza rota.

"Lo sé bien..." dijo otro asintiendo enérgicamente.

"¿De dónde vamos a sacar otro colchón?"

"¿Lo necesitamos? Rara vez duerme".

"Quieres decir "nosotros""

"¿Qué?"

"No importa."

A veces, se alegraba de haber aprendido el jutsu del clon de la sombra de Kurama. Era el mejor jutsu de todos.

Después de muchas divagaciones y discusiones la casa estaba finalmente, algo limpia. "Gracias chicos". Naruto les agradeció. "Sí, lo que sea" respondió otro, estirando las manos.

Después de dispersarlos, Naruto saltó por la ventana (porque usar la puerta es muy de la vieja escuela) y salió al campo de entrenamiento.

"¿Qué vamos a hacer hoy Kurama?"

Con un suspiro de aburrimiento, Kurama tomó su forma humana. "¿Por qué no está keito ot Hitomi aquí?" Preguntó perezosamente, con su pelo rojo ondeando al viento. "Oh, no sé, dijeron que estaban en algún lugar cerca de la Arena Oculta". Naruto respondió perezosamente, haciendo girar su katana en una mano.

"Muy bien, ¿has oído hablar del Rasengan?" le preguntó Kurama con una sonrisa socarrona.

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5 de la mañana, y un cierto rubio yacía en la hierba, jadeando. Sus manos se movían de un momento a otro, y un hombre de pelo rojo se burlaba de él. "No es fácil", dijo por millonésima vez, "pero tampoco es tan difícil".

"¡Lo sé, lo sé, lo sé!" Naruto gritó con frustración. Debería haber tenido al menos una pequeña idea de cómo hacer esta mierda. Pero, por desgracia, no tenía ni idea de qué pensar. No podía visualizarlo.

Se levantó y estaba a punto de empezar a gruñir y recoger chakra, pero Kurama lo detuvo. "Son las 5 de la mañana. Deberías refrescarte. Kakashi te va a enseñar algo... nuevo... hoy". Dijo "nuevo" como si fuera una pregunta, tal vez ya había aprendido ese....jutsu o golpe o lo que sea.

"De acuerdo." Dijo Naruto y Kurama volvió a dormir dentro del sello de Naruto con un puf. 

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"Hoy, pequeños, vamos a aprender a caminar sobre los árboles, el agua o, literalmente, cualquier maldita cosa". Dijo Kakashi alegremente, agitando un dedo mientras los guiaba por un bosque.

Naruto gimió para sus adentros, pues ya lo sabía. Y una vez que sabía cómo hacer algo, le costaba más esfuerzo deshacerlo o lo que fuera. Básicamente, le resultaba más difícil fingir incompetencia cuando podía hacerlo con la misma facilidad que respirar.

Sakura se animó ante esto. "¡Ooh! ¿No requiere eso un agudo control de chakra?". Kakashi le sonrió y respondió: "No es agudo, pero sí bueno, diría... el control agudo del chakra es necesario en el ninjutsu médico".

"¡Lo mismo!", sonrió ella.

Kakashi hizo que se detuvieran cerca de una arboleda de enormes y anchos árboles. Sin esperarlos, Kakashi simplemente se acercó al árbol y comenzó a caminar sobre él. Caminó boca abajo sobre una rama, ante el asombro de Sakura y Sasuke. (Sasuke estaba bastante sorprendido y ansioso, pero no lo demostró).

Mientras tanto, el Uzumaki, ahogó un bostezo y se acostó en un suave trozo de hierba. Pronto, un par de pasos suaves se acercaron a él y cuando abrió un ojo, se encontró con los ojos fulminantes....eye... de su sensei.

"¿Y cómo", su voz era acerada como si fuera a empezar a gritarle en cualquier momento "haces esto"?

Naruto Uzumaki tragó saliva. Recuperó la compostura y se aclaró la garganta. "Enviamos chakra a nuestros pies". Kakashi levantó una ceja: "¿Para qué?", preguntó. "Para uh...." Naruto se devanó los sesos en busca de la palabra adecuada, pero no se le ocurrió. "Para adherirnos al terreno o a la sustancia que queramos pisar", respondió tímidamente.

A Kakashi le pareció bien la respuesta y volvió a caminar sobre los árboles. Pronto encontró un lugar sombreado en un árbol alto y frondoso y se puso cómodo. Abrió su libro y se recostó.

"¿Cómo hacemos esto?" le preguntó Sasuke de mala gana.

"Sólo hay que enviar chakra a los pies". Este fue el único consejo que recibieron de su sensei. Y así comenzó su agotador entrenamiento.

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