III

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Toda la historia será narrada por la escritora.

Cuando llegaron a casa, el aire era fresco, y las luces navideñas en las ventanas del vecindario iluminaban la noche. JiSung tomó la caja de semillas con cuidado, y ambos entraron en la sala, donde el ambiente acogedor los recibió. El lugar estaba cálido, con una suave luz dorada que iluminaba la decoración navideña que ChangBin y su familia habían puesto juntos.

"Bueno, misión cumplida", dijo ChangBin, dejando escapar un suspiro de alivio.

JiSung levantó el pulgar en señal de triunfo.

"Y todo sin el vibrador. Creo que hemos hecho un excelente trabajo", bromeó, ganándose una última risa de ChangBin mientras ambos dejaban la caja cuidadosamente en la mesa, listos para el esperado intercambio de regalos.

Por otro lado, en el interior de la mansión de los Lee, Felix ya estaba agotado, girando de un lado a otro en su cama, como un pez fuera del agua, intentando sin éxito encontrar comodidad. La voz de Elizabeth, su madre, irrumpió desde el pasillo, su tono ligeramente irritado. "¡Lee Felix!", le gritó, llamando su atención. Elizabeth entró a su habitación mientras se ajustaba un pendiente de perlas en su oreja izquierda, cada movimiento calculado y elegante. "Cariño, cálmate", dijo suavemente, acercándose para sentarse a su lado. "¿Ya tienes el regalo de ChangBin?", preguntó, lanzando una mirada curiosa hacia su hijo, que solo suspiró mientras se revolvía en la cama, los labios fruncidos en una mueca de descontento.

"No, no sé qué le gusta", murmuró Felix en un tono quejumbroso, sentándose junto a ella. Aún tenía el ceño fruncido mientras pensaba en qué podría ser adecuado para ChangBin. "Haré algo después", añadió con un tono evasivo, poniéndose de pie y dirigiéndose hacia su armario.

Elizabeth observó a su hijo, divertida por la actitud frustrada que mostraba. "¿Van a salir? Vi el auto de ChangBin estacionarse cerca", mencionó con calma mientras esbozaba una sonrisa ligera. La curiosidad se reflejó en los ojos de Felix, que se apresuró a la ventana. Al asomarse, vio a ChangBin bajarse del auto junto a JiSung, y sintió una mezcla de sorpresa y molestia. Rápidamente, rodó los ojos y cerró las cortinas de un tirón.

"No, mamá", respondió mientras se colocaba su hoodie celeste, intentando ignorar la inquietud en su pecho. "Saldré con Bang Chan"

Elizabeth sonrió con dulzura mientras asentía, su semblante era de comprensión. "De acuerdo, yo seguiré con la comida. Mañana temprano nos vamos de viaje", le recordó, acariciándole el hombro. "Más tarde te explico cómo llegaremos a Busan", Felix asintió, y, con una pequeña sonrisa, se inclinó para darle un beso en la mejilla. "Ve con cuidado", le dijo mientras él salía de la habitación.

Al caer la noche, Felix y Chan se encontraban en un animado bar, rodeados del murmullo y las risas de la gente. Las luces bajas y la música envolvente creaban un ambiente ideal para desconectar, y ambos habían bebido bastante. "Hola, bonito", saludó un hombre musculoso a Chan, acercándose con una sonrisa confiada. Tenía una nariz ligeramente respingada y una presencia imponente que no pasó desapercibida para Chan, quien, sonrojado por el alcohol, sonrió de vuelta.

"Hola", respondió, visiblemente divertido. "¿Vienes a tener sexo conmigo? Porque eso es todo lo que quiero hacer hoy", dijo Chan sin rodeos, desinhibido por el efecto del alcohol. El hombre le sostuvo el mentón y, sin más preámbulo, lo besó. "Hm, eres bueno", murmuró Chan entre risas, entregándose completamente a la situación.

Felix, que había estado observando la escena, suspiró exasperado. "No puedo creerlo", se quejó, poniéndose de pie tambaleante y dirigiéndose hacia la salida. Caminó por las calles, y cada pocos metros debía detenerse para apoyarse en algún poste, sus mareos volviendo el camino aún más tortuoso. En un momento, el malestar lo venció y se inclinó para vomitar, respirando con dificultad mientras se recomponía.

You Have To Arrive [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora