You Have To Arrive [Changlix]

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Toda la historia será narrada por la escritora.

"Muchas gracias por visitarnos, vuelvan pronto", la mujer se despidió de la pareja con una sonrisa cálida.

"Hm, muchas gracias", respondió Felix, devolviéndole la sonrisa antes de subir al auto junto a ChangBin. Al acomodarse, suspiró ligeramente, dejándose llevar por la comodidad del asiento, mientras ChangBin encendía el coche.

"Amor, ¿Quieres que compre un cargador? Así puedes llamar a tu familia si quieres", preguntó ChangBin mientras se colocaba el cinturón. Observó a Felix, quien, con cuidado, aplicaba un brillo de color vino a sus labios, aportándoles un toque elegante y sencillo.

"No, está bien así", respondió Felix, guardando el labial en su bolso. Luego, se inclinó hacia ChangBin, acercando sus labios en un suave beso. "¿Qué te parece mi nuevo color?"

ChangBin sonrió, atrapando la esencia del vino en sus labios. "Es hermoso", murmuró, lanzándole una mirada apreciativa. Cuando Felix terminó y se acomodó en su asiento, ChangBin comenzó a conducir, asegurándose de que no hubiese distracciones.

A medida que avanzaban, el silencio en el coche era cálido y cómodo. Felix, sin darse cuenta, fue sucumbiendo al cansancio, apoyando su cabeza suavemente en el asiento mientras sus ojos comenzaban a cerrarse. ChangBin sonrió al notarlo, su pareja parecía relajada y profundamente en paz, algo que lo conmovió. Podía conducir tranquilamente y aún estar al tanto de Felix, sintiéndose extrañamente feliz de cuidar esos pequeños detalles.

El recuerdo de la noche anterior pasó fugazmente por su mente, como una película que se reproducía en silencio. Sus pensamientos viajaron al momento en que ambos compartieron ese gran pedazo de brownie, una disputa de postre que terminó en risas y migajas en el sofá. ChangBin había descubierto que Felix sabía hacer brownies deliciosos, pero aquella mañana en particular, el chico sólo quería un poco de atención.

Suspiró, sosteniendo el volante con firmeza mientras una sonrisa suave se dibujaba en sus labios. Todo parecía tan perfecto y real ahora, tan cerca de su alcance. Sin pensarlo, extendió su mano y entrelazó sus dedos con los de Felix, quien, medio dormido, respondió apretando suavemente su mano, sin abrir los ojos. Era un gesto simple pero profundo, y ChangBin se sintió completo.

Cuando apenas entraban a la ciudad, ChangBin decidió detenerse en una pequeña zona de estacionamiento junto a la calle. "Amor, ¿Recuerdas el papel que te di para guardar?", preguntó mientras apagaba el motor. Felix asintió. "Ahí viene la dirección de la casa", su novio buscó en su bolso y sacó el papel arrugado, entregándoselo de inmediato.

"Pensé que era otra cosa", admitió, riendo con un toque de nerviosismo.

ChangBin arqueó una ceja, divertido. "¿Qué otra cosa podría ser, amor?"

Felix sintió sus mejillas sonrojarse. "Bueno... Pensé que era la dirección de JiSung", murmuró, un poco avergonzado. "Cuando me la diste, la verdad, estuve tentado a tirarla por la ventana, pero luego pensé que me odiarías, así que me contuve", ChangBin soltó una risa suave mientras abría el papel, leyendo la dirección antes de poner el coche nuevamente en marcha. "¿Me odiará JiSung cuando me presentes como tu novio?", preguntó Felix, jugueteando con los cordones de la sudadera de ChangBin que llevaba puesta. "¿Y si hace todo lo posible por separarnos?"

ChangBin sacudió la cabeza con una sonrisa tranquila. "No te preocupes, amor, eso no va a pasar"

Felix lo miró de reojo, inquieto. "¿Pero y si pasa? ¿Y si es un doble cara contigo, y empieza a decir cosas malas sobre mí?"

ChangBin frunció el ceño, divertido por la imaginación de Felix. "JiSung no está loco, amor. Él no haría algo así. Pero si llegara a pasar, me lo dices y hablaré con él"