VI

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Toda la historia será narrada por la escritora.

A pesar de estar en la plaza y de preguntar con insistencia por el señor mecánico, describiéndolo con precisión, todos a quienes preguntaban negaban conocerlo. Agotados y sin respuestas, suspiraron profundamente y se dejaron caer en una banca cercana.

"No quiero pasar Navidad en una banca", comentó Felix, recargando su cabeza en el hombro de ChangBin. "Quiero estar con nuestra familia", añadió, haciendo un leve puchero que denotaba su frustración. Aún así, no pudo evitar sonreír al recordar a Molly, la pequeña perrita de ChangBin, por la que empezaba a sentir un especial cariño.

ChangBin soltó una risita suave y respondió con humor, aunque con algo de resignación: "Si seguimos así, tal vez sí pasemos Navidad en la banca", Felix bufó en respuesta a las palabras de su amigo, frustrado por la situación. ChangBin continuó, inclinando su cabeza para apoyarla suavemente sobre la de Felix. "No sé qué más hacer para recuperar el auto. Además, estamos sin comida, y nuestra ropa de invierno está allá adentro", admitió con un suspiro.

Felix frunció los labios con una expresión de arrepentimiento antes de hablar, casi en un susurro. "Lo siento... Si no fuera por mí, ya estaríamos ayudando a poner la mesa en casa", lentamente, tomó una de las manos de ChangBin entre las suyas, notando el frío que impregnaba sus dedos. "Estás helado", comentó con ternura mientras traía su otra mano y entrelazaba ambas con las de él, transmitiéndole su calor. "Así se calentarán", sonrió sin apartarse, esperando que su pequeño gesto pudiera ayudar un poco.

ChangBin lo miró, con una expresión de gratitud en sus ojos. "Gracias, Felix", respondió, retirando su cabeza suavemente y observándolo con una sonrisa.

Felix, intentando aligerar el momento, miró a su alrededor y señaló el árbol de Navidad que estaba en el centro de la plaza. "Tenemos la mejor vista hacia el pino", bromeó, esbozando una sonrisa divertida.

Ambos observaron cómo la gente se congregaba alrededor del árbol y comenzaba a llenar los alrededores de risas y conversaciones. No era solo el encendido del pino, sino toda una pequeña fiesta en el parque. Pasaron una hora en la banca, observando en silencio mientras el ambiente se iba llenando de espíritu navideño. Entonces, una cuenta regresiva comenzó a resonar por toda la plaza. "Cinco, cuatro, tres, dos, uno..."

El pino se iluminó de golpe, cada luz encendiéndose en perfecta sincronía, y la estrella en la cima brillando por último. La plaza entera se llenó de murmullos y sonrisas mientras las parejas y familias compartían el momento. Felix, contagiado por la emoción del lugar, giró su rostro para mirar a ChangBin, quien mantenía la mirada fija en el árbol. Con cuidado, Felix le tocó el rostro, haciendo que ChangBin lo mirara directamente. Le dedicó una sonrisa dulce, observando sus labios por un instante y acercándose lentamente hasta que pudieron sentir la respiración del otro.

Pero en ese instante, una voz interrumpió el momento. "¿Disculpen? ¿Podrían darle la banca a mis papás?", ambos se separaron de inmediato, algo sonrojados, y asintieron hacia los ancianos. Se levantaron rápidamente, cediéndoles el asiento.

"Gracias, feliz Navidad", agradeció la señora, inclinando levemente la cabeza.

Felix respondió con una sonrisa amable. "Hm, de nada. Feliz Navidad y próspero Año Nuevo para ustedes también", con una reverencia educada, él y ChangBin se alejaron unos pasos, buscando otro lugar donde detenerse. Sin embargo, un destello de reconocimiento cruzó el rostro de Felix. Emocionado, tiró de la manga de ChangBin. "¡Es ella! Es la chica que estaba en la foto del mecánico junto a esos ancianos", dijo en un susurro emocionado. ChangBin lo miró, todavía algo confundido. "¡Ellos son sus padres y ella es su hermana!", añadió Felix, su entusiasmo creciendo.

You Have To Arrive [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora