Midoriya tiene muchos secretos.
Por ejemplo, aquella identificación falsa que usa cada viernes en la noche.
O también el hecho de que lo conocen en cada discoteca y bar de la ciudad.
También es un secreto a donde desaparece en los recesos.
Y es un m...
Izuku dudaba si era buena idea salir con los chicos de su salón, pero ya había aceptado y sería malo retractarse ahora. Así que intentando no preocuparse demás - Cosa que nunca funciona- decidió comenzar a buscar algo de ropa para aquella noche.
No quería algo como lo que usaba normalmente cuando salía, ni algo de lo que usaba estando en los dormitorios. Luego de hurgar un rato entre sus cajones encontró algo que lo dejó bastante satisfecho consigo mismo.
Una camisa roja con su cuello abierto, un arnés que tanto le costó encontrar y amaba, unos jeans negros ajustados y sus infaltables tenis rojas.
Decidió usar también un chocker negro, liso, su reloj y un anillo que recibió como regalo hace algunos meses.
Con sus uñas pintadas de color negro y el cabello despeinado, tomó su celular, su cajetilla de cigarros, su encendedor favorito de color rojo que le recordaba a los misteriosos ojos de aquel hombre. Su billetera y aquella identificación falsa.
Una vez listo, se miró una última vez al espejo y bajó a la sala común.
Las miradas y las expresiones de asombro no faltaron, e izuku se sentía satisfecho con su trabajo.
-Wow Midoriya, ¡Te ves genial! - Exclamó maravillada la peli rosa. -Aún faltan algunos chicos así que esperemos, Koda no quiso salir y Shoji tenía cosas que hacer. -
Todos se veían bien, estaban vestidos para pasarla bien, excepto Iida, quien se veía como si fuera a una boda. No le dio mucha importancia pero Uraraka si.
La castaña le obligó a sacarse aquél saco y comenzó a desabrochar algunos botones de su camisa. Hizo unos cuantos más arreglos y se alejó feliz de su trabajo.
Izuku sonrió y ya era hora de irse.
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Todos quedaron en silencio, nadie sabía que hacer. Les acababan de negar el pasó a aquel antro, ninguno de ellos tenía una identificación que dijera que eran mayores de edad.
Ni lo eran...
Ahora todos discutían sobre un plan de acción. El peli verde se estaba cansando de todo aquello y ya que estaban ahí, iba a desperdiciar la noche.
Así que solo pasó entre sus compañeros de clase, quienes lo miraron esperando a que hiciera o dijera algo que los hechara definitivamente.
Pero eso no pasó.
-Hey, Izuku, es bueno verte por aquí. Dime ¿Los conoces?- Apuntó hacia el grupo de adolescentes.
-Si, vienen conmigo. - el Guardia lo pensó pero luego les abrió paso.
-Solo porque eres tu. - rieron juntos.
-Muchas gracias, amigo. - comenzó a caminar hacia adentro. - ¿No vienen? -
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