Ya se encontraban en Cartagena, apenas llegaron tomaron rumbo al hotel dónde pasarían el día. Volverían mañana en la mañana a Bogotá, sería un viaje muy corto pero muy significativo para ellos dos.
Ya tenían reservación para dos habitaciones, y no tenían ningún problema con eso porque sus habitaciones estaban juntas. Serían vecinos.
Entraron a ellas y dejaron sus cosas, lo primero que hicieron fue alistarse. Querían ir a comer y luego irían a la playa para pasar el día.
La pelinegra llevaba unos shorts de mezclilla y su bikini debajo que era un enterizo amarillo, así que, decidió no ponerse ninguna camiseta.
El castaño se colocó una camiseta blanca y sus shorts de baño azules, eran sus favoritos.
Fueron al restaurante del hotel, les dieron la carta y le pidieron lo que deseaban al mesero.
— Me está encantando todo.. — Ella observaba la gran ventana del restaurante, ya que, éste tenía vista al mar.
— Te prometo que la pasaremos increíble. — Le guiñó un ojo.
— De eso estoy segura.
Les dieron la comida que pidieron y la comieron con tranquilidad, hablaban sobre Cartagena y lo que harían luego de comer.
<3
Al acabar de comer, se encaminaron rápidamente a la playa, y aquí estaban, corriendo de un lado al otro en la orilla del mar.
Sandra observaba el horizonte, y de un momento a otro, sintió arena chocar con su mejilla. Volteó y vió a Mario riendo.
— ¿Fuiste tú, verdad? — Se acercaba a él a pasos lentos.
— No, cariño, no fui yo. Lo juro. — Mintió.
— ¿Sabías que jurar cuándo claramente sabes que mientes es malo? — Posó su mano en el pecho de Mario.
Él colocó un dedo en su mentón simulando que pensaba.
— Uhm, no lo sé, tomate. — Fingía inocencia.
— Mario, ¡Acabas de iniciar una guerra!
La menor tomó un puñado de arena y se lo tiró en el rostro a Calderón. Él se quejó y le tiró arena en el pecho a ella.
Gritaban mientras se tiraban arena e incluso el agua del mar.
— ¡Ya, basta! — Gritó la pelinegra.
— Cariño, ¿eso significa que aceptas tu derrota? — Preguntó con una sonrisa socarrona.
— No, significa que ya me aburrí de jugar. — Sobó sus ojos.
Mario acarició la cintura de Sandra.
— Bueno, ven, vamos a sentarnos mientras vemos el atardecer.
La llevó de la mano y se sentaron viendo el horizonte, escuchando el sonido del mar y la brisa moviendo sus cabellos.
El atardecer ya se hacía presente, Mario observaba a Sandra, le fascinaba la forma en la que el sol iluminaba su rostro. No hacía más que admirarla.
La pelinegra sintió una mirada sobre ella, volteó hacia el castaño y cayó en cuenta de que era él el que la miraba con pura atención.
Sus mejillas se tiñeron de rojo.
— ¿Q-qué tanto me miras? Me pones n-nerviosa.. — Jugó con sus manos.
— Eres muy bonita, por eso.
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Sé que fue un error • Mandra
Fanfiction«Desearía que exista una palabra más que amor... Porque realmente la amo.» Luego de un año de lo ocurrido entre Sandra y Mario, Sandra sigue sintiendo cosas por él, mientras Mario se consume entre confusiones y sentimientos encontrados. ⭑drama | flu...