VENUS URUM
—Entré en Avis...
Fue una bendición que papá tuviera trabajo y mi madre me haya mandado con el chofer, porque si hubiera venido conmigo, le habría dado un infarto después de escuchar eso.
—¡Venus, eso es increíble, felicidades!—Ferd me abraza y me alza en el aire.
—Hay gente mirando—murmuro, avergonzada.
—Pues te aguantas, y te debo otro por el reencuentro—me estruja más mientras yo pongo una mueca.
Un chico se para a un lado de nosotros y le da un toque en el hombro a Ferd.
—Lamento interrumpir pero, ¿sabes cómo puedo llegar a mi habitación? Supongo que sabes, digo, por tu sudadera—la señala—. Soy nuevo, y mi sentido de orientación falla bastante en lugares nuevos, me siento como las vacas de mis abuelos cuando las sueltan en el campo, perdimos tres este año, extrañaré a Otis...
Vaya, ¿de dónde sacó tantas cosas para decir?
¿Y de dónde sacó tanto oxigeno para decirlo?
Pulmones poderosos, vete a saber tú.
—Es un nombre original para una vaca—le dice Ferd.
—También le puse cerdo a uno de los cerdos, y Duke al perro—sonríe.
Parece un chico encantador, es muy tierno, tiene el pelo rubio y unos bonitos ojos azules que se achinan cuando ríe.
—Puedo llevarte al área común de Pistris, con gusto—le dice Ferd.
—¿De verdad? Muchas gracias, me ayudarías mucho.
—No hay de qué.
Ferd no es muy diferente a mí, no habla demasiado con la gente, aunque el encanto lo lleva por naturaleza, pero cuando se trata de ayudar a los demás no duda en echar una mano aunque sea a un desconocido.
—Lo siento, no me presenté. Soy Levinn Sallow, pueden decirme Levi.
—Ferdinand y Venus Urum—nos presenta Ferd.
—¿Tú también eres nueva?—me pregunta Levi.
—Sí, sólo que yo quedé en Avis, pero supongo que nos estaremos viendo por aquí de igual manera.
—Seguro que sí.
—Bueno, pequeña, ve a dejar estas plantas a tu habitación antes de que ocurra una tragedia—Ferd me pone la caja enorme en los brazos.
Tiene razón, no sé cómo no se me ha caído una todavía.
—Gracias, nos vemos, hermanito.
—Adiós.
Admito que si estaba posponiendo un poco ir a mi habitación, aún no conozco a mi compañera y no quiero llevarme una sorpresa.
Las residencias de cada club no están tan separadas entre sí, no tardo mucho en encontrar la entrada al área común de Avis, y cuando la abro, quedo maravillada con lo preciosa que es.
Hay un montón de plantas por todos lados, lo único que alumbra el lugar es la luz solar que entra por los enormes ventanales en todo el cuarto, los muebles son de madera clara y los detalles verdes, los colores de los sofás y sus respectivos accesorios son una infinidad de tonalidades de verde.
Las personas vienen y van, son como hormiguitas recolectando su comida. Tardo más de lo que debería en encontrar la entrada a la zona de las habitaciones, pero me dio vergüenza preguntarle a alguien más. Mi habitación es la 3-A. Fue un poco difícil subir al ascensor con la caja gigante en mis manos, pero logré llegar a la habitación sin perder una sola plantita.

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Freak
Teen FictionPaige Chesterfield, una chica que ha perdido su esencia desde que fue diagnosticada con ansiedad social. Ferdinand y Venus Urum, dos hermanos que fueron criados bajo la sobreprotección de sus padres y desean salir al mundo exterior a aprender lo q...