2 | "Dulces 16, nada dulces"

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FERDINAND URUM

¿Cuántas veces les han dicho que están distraídos por amor?

Bueno, pues en mis 17 años de vida no me lo habían dicho ni una sola vez, hasta ahora.

Yo y el amor no somos muy compatibles, ni siquiera necesitaría contar con los dedos de una mano todas las chicas que me han gustado en la vida porque no creo que haya ninguna.

No es que tuviera mucho de dónde escoger antes de llegar a Fountain High, una que otra chica se me llegó a hacer linda pero no convivía con ellas así que no llegaban a gustarme. Acá hay muchas chicas lindas, pero el hecho de que todas quieran algo y me pongan tan fácil tener algo con ellas no me llama para nada la atención, así que llegó un punto en el que dejé de interesarme.

Es por eso que cuando la conocí a ella me descoloqué por completo.

Julianne Floyd.

Una chica de primer año, está en Vulpes, es bailarina, también resultó ser la mejor amiga de Markus y la chica con la que siempre hablaba por videollamada pero a quien nunca le di mucha importancia porque no creí llegar a conocer nunca.

Gran error.

La conocí hace unos días en el gym, estaba acompañando a su primo, me dio mi botella de agua y tuve un impulso de mantenerla cerca porque en serio me pareció muy linda (tardé casi dos semanas en admitirlo pero sí, me interesé en una chica apenas la vi), hablé con ella un rato y no me arrepentí en lo absoluto. Me cambió la jugada bastantes veces, no pareció intimidarse en ningún momento, y me trató completamente normal, no como si se estuviera imaginando las mil maneras en las que me la podría coger, tampoco me comió con la mirada así que, oficialmente me ganó.

—¿Puedes por favor meter una canasta? Se está volviendo aburrido burlarme de ti cada vez que fallas un tiro—Liam habla cuando la pelota rodea el aro y cae, sin pasar por la red.

—Deja a la novia en paz, ya está harta de que pienses en ella—bromea Ryan, otro chico del equipo.

—No tengo novia.

—¿Oye, Ferdie, y es linda?—molesta Laia, es una de las chicas más rudas del equipo.

—Tú, alejada—la señalo, me está mirando con una sonrisa pícara—. Preferiría que ni la conozcas en persona. Y no me digas Ferdie.

—Cómo digas, Ferdie.

Todos los presentes ríen y yo pongo los ojos en blanco. Me agacho para recoger la pelota y la boto por toda la cancha hasta llegar a la otra canasta y encestarla de una, la pelota se azota en el suelo con más fuerza de la que debería. Todos se callan cuando me revuelvo pelo con las manos y me voy sin decir nada.

Sólo voy al baño a echarme agua en la cara, lo necesitaba, porque me veo ridículo pensando en ella todo el tiempo siendo que no la he vuelto a ver desde ese día. Comencé a seguirla en Instagram y lo único que veo de ella son sus fotos, hemos hablado un par de veces que le he respondido historias, pero nada más.

No puede tener ese efecto en mí si solo la he visto en persona una vez.

Dos, cariño.

Cómo si de magia se tratara, veo a Markus, con Julianne, en la entrada del gimnasio apenas salgo del baño. Le había dicho que tenía entrenamiento y que podía venir a buscarme para ir a cenar juntos al comedor, pero no esperaba que viniera acompañando.

—Creo que terminó el entrenamiento por hoy, ¿no, capitán?—otro chico, Lucas, enarca una ceja.

Pongo los ojos en blanco, pero asiento con la cabeza. Todos salen de la cancha con expresiones traviesas en el rostro, cuando Laia me pasa por al lado, me choca un hombro.

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