Una mañana soleada de domingo, una agradable melodía en mis oídos y una Kumiko dormitando sobre mi hombro mientras vamos en el metro camino a Kitauji. Quizás para muchos no lo parezca, pero para mí es una buena manera de empezar el día. Admito que estoy algo nerviosa el día de hoy, no por la competencia de Kansai —para la que aún falta una semana—, sino por ser el primer cumpleaños que le festejo a mi novia desde que nos hicimos pareja. Me preocupa que algo pueda pasar hoy que la haga decepcionarse.
Por las bocinas comienza a sonar aquella voz robótica anunciando que estamos llegando a nuestra estación de destino. Kumiko, dando un pequeño bostezo, se levanta y camina hacia la puerta del vehículo. Imito sus acciones mientras las puertas se abren y ambas, caminando lado a lado, iniciamos nuestra marcha hacia la escuela. Nuestras manos se juntan y nuestros dedos se entrelazan a medida que avanzamos, mientras que algunos temas triviales afloran en nuestra conversación.
Una vez dentro de las instalaciones de la escuela, prácticamente vacía debido a la hora, considero que es el momento adecuado, así que me armo de valor y tomo la cajita en la que llevo el regalo que le compré.
—Kumiko —llamo extendiendo mi mano hacia ella, quien me mira con curiosidad—. Ten este pequeño regalo con todo mi amor.
Una pequeña sonrisa y un leve rubor se alojan en su rostro mientras toma la cajita con sus manos.
—Muchas gracias, majestad. No te hubieras molestado.
—No es...
Antes de que pudiera terminar de hablar, Kumiko une sus labios con los míos de forma tierna y fugaz. Ambas nos sonreímos tras aquel breve momento.
—¿Puedo abrirlo? —pregunta con un tono tímido.
—Claro. No soy tan terrible como para pretender dejarte con la curiosidad.
Kumiko me codea con algo de indignación, pero suelta una carcajada. Luego, abre delicadamente la envoltura de la cajita. Veo en sus ojos un brillo especial al descubrir lo que se halla en su interior.
—¡Es hermoso! De verdad, muchas gracias, majestad.
—Me alegra que te haya gustado. —Sonrío mientras veo cómo ella se coloca el collar con el dije que le regalé alrededor de su cuello. Tenía razón, realmente le luce.
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El desafío de Reina
FanfictionTras un alocado primer año en Kitauji en el que logró poner sus sentimientos en orden, el segundo año trae nuevos retos para Reina: ser un modelo a seguir para los nuevos miembros de la banda, seguir sus ambiciones personales y ser una buena novia c...