Despedidas de solteros
Cinco, cuatro, tres…
No le dio tiempo de contar hasta cero cuando Sara ya se encontraba de pie dando vueltas en su habitación. ¿Por qué no había dicho nada cuando Oscar le dijo que irían a la despedida de soltero de Franco? Peor aún ¿Por qué había alentado dicha moción?
Ah sí, porque era una mujer segura de sí misma, de su prometido y de su relación. Por eso se limitó a sonreír cuando su cuñado les contó sus planes en la sala de estar sin que Franco estuviera presente.
—Yo creo que el flaco se merece una despedida de soltero—opinó el rubio mayor—así es, ninguno de nosotros la tuvo pero a él le debemos de hacer algo.
Jimena lo miró desconfiada y se levantó a abrazarlo.
—Mmm, ¿es tan terrible dejar de ser soltero? —preguntó colgada de su cuello.
—Claro que no—intervino Juan—y tú deja de decir babosadas, ¿qué son esas payasadas de despedida de soltero?
—A mí no me parece una idea descabellada—opinó Sarita—tal vez nosotras ese día también salgamos a hacer algo.
Maldijo la hora en que apoyó a Oscar, pero ella qué iba a saber que correría por sus venas cierta emoción también conocida como celos.
Se sentó sobre su cama y cruzó los brazos, para ella los celos eran sinónimo de inseguridad, algo que ella no tenía. Siempre había sido una mujer fuerte y decidida, cosa que le dejó clara desde un principio a Franco para que después no hubiera problemas.
Sin embargo en ese momento su cabeza no podía dejar de imaginar que su futuro esposo estuviera en algún bar con bailarinas exóticas. Según Jimena, Oscar le había dicho que pensaban ir a Bogotá a un bar de mariachis llamado Plaza Garibaldi, pero dudaba que hicieran un viaje tan largo habiendo tantos lugares cerca. Aunque tal vez hubiera sido preferente que se fueran a la capital en lugar de visitar los lugares ya conocidos.
Desesperada por sus pensamientos, fue en busca de sus hermanas. Norma la atendió al instante ofreciéndole que bajaran por algo de tomar, mientras que Jimena tardó un poco más en abrir la puerta y cuando por fin lo hizo no estaba del todo contenta por haber sido despertada.
—Juan va con ellos—le comentó Norma—y a él no le gusta desvelarse así que no creo que tarden en llegar. Además Sarita no tienes por qué desconfiar de Franco, si es el hombre más enamorado del mundo.
—Pero Sara tiene razón al estar así—agregó Jimena después de bostezar—más desde que la Rosario esa regresó al bar Alcalá.
Norma le dedicó una mirada de reproche a Jimena mientras que Sara controlaba el temblor de su mano al agarrar el vaso con agua.
—Sarita contrólate—le sugirió Norma—ellos nos fueron para allá.
—Eso quiero comprobarlo—pidió Sara después de tomar agua—Además, yo también merezco una despedida de églense, vamos a salir.
Los ojos de las hermanas Elizondo se abrieron como platos ante la decisión de Sarita y esperaron un momento a que dijera que era una broma. Pero esta no lo hizo, se dirigió a la salida sin retractarse. Norma y Jimena se miraron a los ojos y al darse cuenta que su hermana estaba decidida no les quedó opción de hacer lo que Sara decía.
…
—Lo que no entiendo es por qué no quisiste que fuéramos a Bogotá—preguntó Oscar en medio de la carretera mientras miraba a su hermano menor manejar—Un fin de semanita, ¿Qué no querías mujeres? Íbamos a ese bar de mariachis que me comentan es muy bueno y la única mujer es la vocalista, no es como esos bares que tu frecuentabas.
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Preparativos de boda
FanfictionAnte la tranquilidad que se vive en la Hacienda de Reyes-Elizondo, Franco y Sara deciden comenzar con sus preparativos de boda, haciendo que la cabeza de ambos, y la de varios miembros de la familia, se pierda por completo