Felices por siempre
Cuando Sara despertó a la mañana siguiente, lo primero que sus ojos vieron fue ese hermoso vestido de novia que días antes había elegido en la tienda de Leandro. Junto a su cama, se encontraba una rosa con una nota que decía;
"Sé que no puede ver el vestido hasta que entres a la iglesia, pero sólo quiero recordarte que te amo y quiero agradecerte por aceptar ser mi compañera de vida"
No pudo evitar sonreír al mismo tiempo que agradecía a Dios por la vida que le había tocado, posiblemente durante mucho tiempo su corazón había sido duro y su soberbia la había privado de muchas cosas, pero tal vez no había sido todo tan malo pues al final el hielo alrededor de su corazón se había desvanecido para dejar pasar a ese tal Franco Reyes.
Estiró los brazos y suspiró, quería conservar esos minutos de calma pero le fue imposible, pues segundos después sus hermanas, Ruth y Eva entraron a la habitación con muchos accesorios. Suspiró resignada, aunque habían elegido tener algo sencillo, Franco había pasado todo para que ese día su esposa no se tuviera que preocupar de nada. A pesar que eso le molestaba un poco, pues se sentía inútil cuando sus hermanas le cepillaban el cabello y Ruth le colocaba cremas en la cara.
Aunque fuera difícil de creer, Sara desde pequeña había soñado con ese día, con vestir de blanco y ser llevada al altar del brazo de su padre para que la entregara a un hacendado guapo, de clase, con educación y cultura, y por qué no, rico. Ahora lo único que no cuadraba en la ecuación era la falta de su padre, sin embargo sabía que él estaba en el cielo cuidando de ellas e incluso de su madre, a pesar de que pelearan tanto. No sabía que pensar respecto a su padre, tal vez había obrado mal al estar con Libia ocultándole todo tanto a ella como a su familia, pero en general había sido un buen padre, él fue quién le enseñó todos los oficios de la Hacienda y la motivó para que estudiará Finanzas y así ser la administradora de San Isidro.
—Estas hermosa, Sara—dijo Jimena interrumpiéndola de sus pensamientos—estoy sintiendo un poco de envidia por tu boda.
—Pues sí, señora—la reprendió Sara—si no te hubieras casado a escondidas habríamos hecho algo así de bonito.
Jimena suspiró mientras le seguía cepillando en cabello.
—Posiblemente, pero habría tenido que esperar mucho—enfatizó esa última palabra—y no hubiera sido tan feliz como lo soy ahora.
—Mmm si Jimena no se hubiera casado a escondidas yo posiblemente me hubiera ido a vivir con Juan mucho antes—confesó Norma.
—Estoy hecha con estas hermanas que tengo—opinó Sarita con una sonrisa—por algo siempre fui la consentida de mis papás.
—Ahí te equivocas hermanita—sonrió Jimena—de papá siempre fui yo y de mi mamá es Norma…
Sara quiso enojarse pero era el día más feliz de su vida así que no pudo más que reir y sus hermanas hicieron lo mismo.
—Eso no es cierto—agregó Eva—Tanto don Bernando como doña Gabriela, las querían a las tres por igual. Todas eran una combinación perfecta, la desinhibición de Jimena, la prudencia de Sara y la seriedad de Norma hacían que ellos estuvieran orgullosos de ustedes.
—Listo, ya quedaste—se emocionó Ruth.
Sara se levantó para verse en el espejo y sonrió, estaba bella y radiante, en unas pocas horas sería la esposa de Franco Reyes. Sus hermanas la abrazaron y le dijeron que era hora de salir a la iglesia.
…
—Oscar, ya déjame—se quejó Franco cuando su hermano le pasaba la mano por el cabello.
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Preparativos de boda
FanfictionAnte la tranquilidad que se vive en la Hacienda de Reyes-Elizondo, Franco y Sara deciden comenzar con sus preparativos de boda, haciendo que la cabeza de ambos, y la de varios miembros de la familia, se pierda por completo