o

193 19 1
                                    

[Joaquín]

Comienzo a despertar, tallo mi ojito con delicadeza, tratando de quitar el sueñito aún presente en mi interior; giro un poco mi cuerpecito en busca del calor de Emi, al no encontrarlo me siento rápidamente en la cama, siento mis ojitos picar por las lagrimitas qué se acumulan en ellos al pensar en que se fue y me dejó solito en un día tan especial como este.

—¡¿E-Emi?! —grito con voz cortada —¿Dónde estás? —suelto pequeñas lágrimas y con dificultad logro ponerme mi pijama de stitch.

Salgo de la habitación, a penas y logró dar un paso cuando siento un cuerpo grande frente de mí, rápidamente su delicioso olorcito llega a mi nariz y lo abrazo con fuerza.

—¿Pasó algo amorcito? —asentí restregando mi nariz en su pijama de jirafita —¿Que sucedió príncipe? ¿Tuviste una pesadilla? —negué. Él me cargó nuevamente a la habitación y me sentó en su regazo —¿Entonces?

Hipando un poco, contesté: —E-s que yo me-me des-perté y-y tú no estabas, —solté más lágrimas que él limpió —y yo pensé que te habías ol-vidado de que día es hoy y —lloré con fuerza —ya no querías estar conmigo —me abrazó muy fuertecito y yo hice lo mismo.

—Shh, shh, no mi amor —me calmaba, —eso nunca pasará, quiero que te quede muy, muy claro que tú eres el amor de mi vida, y yo no podría alejarme de ti nunca, —besó mi mejilla —y menos en un día tan importante como hoy —sonreí a medias. —Sino me encontraste acostadito contigo hoy, fue porque me había despertado temprano para hacer un delicioso desayunito de cumpleaños para ti, porque se que después de una hermosa noche dándonos amor, como ayer, tú despiertas con mucha hambrecita, ¿Verdad, príncipe? —asentí sonrojado —y también fue por eso que cuando salías de nuestro cuarto me viste aquí, porqué yo venía a despertarte, pero tú te me adelantaste —soltó una risita.

—Pe-perdón —susurré.

—No, no, no, no te disculpes amor —lo miré a sus ojitos bonitos —es una cosa sin importancia, mejor regrésate a la cama, en lo que yo traigo tu desayuno, ¿Okey? —asentí y me metí entre más afelpadas cobijitas.

Emilio salió de la habitación, y no tardó ni dos minutos en regresar con una bandeja con un plato de hot cakes, un juguito de naranja, un café y mermelada de fresa. Se metió conmigo entre las sábanas y acomoda bandeja en mi regazo.

—Pruébalo amor, y me dices que te parece —me sonrío, asentí en respuesta.

Umm —jadeé de placer —está delicioso Emi, sabe muy rico.

—Que bueno que te gustó, lo hice con mucho amorcito por ser para ti. —Le dí un besito, y comenzamos a desayunar ambos.

Desayunamos entre besitos que Emi me robaba, dándonos, ambos, de comer en la boquita; había empezado muy bien mi día.

—Feliz cumpleaños mi amor —susurró en mi oído, y yo le dí un abrazo de oso como agradecimiento.

Estuvimos otro rato abrazaditos y después fuimos a bañarnos, mientras yo me quedé otro ratito en la habitación, acomodando la cama (y limpiando lo que hicimos ayer), Mailo bajó a abrir la puerta, después de un par de minutos en los que escuché un par de voces conocidas, Emi gritó mi nombre para que bajara y eso hice, salí vestido con un short corto en tono verde menta, mis vans blancas y una sudadera naranja, algo grande, que sip, es de mi novio.

CuteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora