Itachi Shinden: Komyo-hen

Capítulo 2 (parte IV)

Había sombras de cuatro personas en la sala del consejo que estaba en la residencia del Hokage.

El Tercer Hokage, Sarutobi Hiruzen.

Shimura Danzō del ANBU.

Y Homura y Koharu del Honorable Consejo.

La repentina emergencia había terminado, y Hiruzen, cuyas arrugas faciales se habían convertido de alguna manera, en lo profundo de su cansancio, abrió la boca mientras miraba a los otros tres presentes.

—El Cuarto y su esposa Kushina sellaron al Nueve Colas a costa de sus vidas. Como resultado, la aldea fue protegida de alguna manera.

—Sin embargo, también durante la Gran Guerra, la aldea sufrió daños catastróficos que nunca antes había experimentado.—Continuó Danzō.

—Si no nos apresuramos en recuperarnos, las demás aldeas tendrán la oportunidad de atacarnos.—Dijo Homura.

Hiruzen, quien había asentido brevemente, continuó con la conversación con un tono serio.

—Sobre ese asunto, estoy pensando en organizarlos de inmediato.

—Acerca de eso, hay algo de lo que quiero que cumplas a toda costa.—El ojo izquierdo de Danzō cubierto por bendas emitió un deslumbrante brillo.

Ante aquel acto, Hiruzen tomó esa mirada glacial sin palabras.

—Quiero que relegues la residencia del clan Uchiha a las afueras de la aldea.

—¿Qué dijiste?—Hiruzen lo fulminó con la mirada arrugado sus cejas.

Sin embargo, Danzō continuó con indiferencia sin parpadear.

—Seguro sabes que el sharingan que posee el clan Uchiha es lo único capaz de controlar al Nueve Colas.

—¿Quieres decir que fue alguien del clan Uchiha quien invocó al Nueve Colas?

—Exactamente.—Afirmó Danzō y Hiruzen jadeó.

Los dos consejeros observaron atentamente su diálogo vehemente mientras guardaban silencio.

—Los actos del clan Uchiha durante la Gran Guerra y el comportamiento indiferente de Fugaku en el momento de la decisión del Cuarto. Es claramente notorio que, en los últimos años, la insatisfacción del clan Uchiha hacia la aldea ha aumentado.

—No lo creo.

—Los ANBU de la Raíz han estado controlando diligentemente los movimientos de los Uchiha, es un hecho que están insatisfechos.

—Tiene orígenes antiguos...

—No es solo eso.

Hiruzen estaba presionado por la confianza de Danzō.

—La desesperación del raro genio llamado Fugaku el de los ojos malvados por ser capitán de la Fuerza de Policía Militar de Konoha causó gran efecto en las personas que experimentaron la Gran Guerra.
Si su decepción hacia la aldea algún día se convierte en un gran descontento atacarán a Konoha.

—Sin embargo, decir que el asunto del Nueve Colas es culpa de los Uchiha ¿no es una decisión demasiado impaciente?

—Solo porque no hay pruebas, no significa que este tipo de discusiones sean suficientes para dejar las cosas tal como están, Hiruzen. ¿No es cierto?
Solo el sharingan puede controlar al Nueve Colas. Esa es la verdad.

Hiruzen vaciló.—En cualquier caso, vamos a ahuyentar al clan Uchiha relegándolos a los bordes de la aldea. Deberíamos hacerlo de inmediato ahora que hay una causa justa para reajustar la aldea debido al ataque del Nueve Colas.

Ante la actitud de ese hombre, que encarnaba la oscuridad, las tres personas no tenían elección, así que permanecieron en silencio.