Capítulo 1

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La verdadera historia de Itachi: Libro de Luz Brillante.

Capítulo 1.— El pájaro en la noche oscura aún no ha abandonado el nido.

Uchiha Itachi recordó claramente el momento en que se dio cuenta del tipo de persona que era.

Estaba lloviendo ese día.

La lluvia, tan intensa que prácticamente no podía abrir los ojos, estaba golpeando sin piedad el cuerpecito de Itachi, que acababa de cumplir cuatro años.

Su padre, que estaba parado a su lado, ni siquiera intentaba pasar unas palabras a consolarlo.

Itachi ni siquiera esperaba eso.

«Tenlo en cuenta, este es un campo de batalla».

Empujando su camino a través del sonido de la lluvia que retumbó estruendosamente, las fuertes palabras de su padre se clavaron en el corazón de Itachi.

Campo de batalla...

No era el tipo de palabra que un niño de cuatro años mantendría en su memoria.

Mucho menos, la vista que presenciaba Itachi, no era el tipo de cosa adecuada para que un niño lo vea.

Cadáveres, cadáveres, cadáveres...

Había montañas de cadáveres que él alcanzaba a ver.

No había expresiones tranquilas. Todos los cadáveres se habían endurecido con una expresión distorsionada por el dolor.

«Te convertirás en un shinobi en pocos años también». «Incluso si esta guerra termina, no significa que la realidad del shinobi también lo haga. El mundo en el que entrarás es un mundo como este».
Mientras escuchaba la voz de su despiadado padre, Itachi esperaba pacientemente.

Si hubiera perdido su enfoque, las lágrimas se habrían desbordado.

No es que tuviera miedo.

No es que él estuviera triste, también.

Sus sentimientos, que no podían expresarse con meras palabras, se arremolinaron. Y él no podía entender porqué, pero su pecho no pudo evitar apretarse.

Estaba empapado por la lluvia.

Incluso si lloraba, su padre probablemente no se daría cuenta.

Aun así, no quería llorar. Pensó que si lloraba aquí, habría perdido algo importante para su vida como un shinobi.

Es por eso que soportó frenéticamente.

Y todavía... las lágrimas comenzaron a desbordarse espontáneamente.

Había personas usando bandas con el símbolo de Konoha en sus placas.

Había personas que se veían como shinobis de otros países.

Cosas como los límites del país no tenían nada que ver con los innumerables cadáveres que cubrían la superficie de la tierra. Mientras todos sufrían o se sentían tristes, no podían evitar luchar contra su propia muerte. Sus expresiones llenas de angustia eran las mismas, no importaba de qué país eran esos shinobis.

No había nadie que muriera queriendo morir.
Y, sin embargo, todos ellos murieron.

¿Por qué?

Era la ley de la guerra.

—Papá... —Itachi escuchó su propia voz. Entonces, por primera vez, se dio cuenta de que estaba temblando.

No fue porque la lluvia estuviese fría.

Tampoco porque le tuviera miedo a los cadáveres.

Fue la ira lo que hizo que Itachi temblara.

—¿Por qué, en este lugar... —Él no terminó su pregunta.

Su padre, después de guardar silencio por un momento ante la pregunta de su pequeño hijo, comenzó respondiendo seleccionando sus palabras.

—Eres un niño inteligente...

Mientras tranquilizaba su ira y prestaba atención, Itachi esperó las palabras de su padre, hasta que algo cálido tocó su cabeza.
La mano de su padre.

—... Por eso quería mostrarte esta realidad.

El pequeño intentó mirar frenéticamente dentro de su corazón el significado de esta palabra, "realidad".

Normalmente, alguien con cuatro años no sabría diferenciar entre "realidad" y "ficción", y, sin embargo, lo que su padre le trataba de decir era claro para Itachi.

—Este es el mundo en el que estoy viviendo...

—Eso es correcto, Itachi. Un shinobi es un ser vivo que lucha.
Nunca olvides la escena que viste hoy.

Indicado por la voz de su padre, Itachi la miró. Quemó la imagen del infierno que se extendió en frente a sus ojos dentro de sus pupilas para así nunca olvidarlo.

Sintió un dolor sordo dentro de sus ojos.

Esa sensación de tibieza, diferente de las lágrimas, se arrastró dentro de sus globos oculares.
Incapaz de parar esa sensación, similar a una ola de poder violento fluyendo en sus pupilas, él instintivamente cerró los párpados con miedo. A continuación, lenta y silenciosamente, la poderosa ola se desvaneció en el centro de su cabeza.

Su corazón latía violentamente, su aliento era salvaje. Él respiró hondo y abrió sus ojos.
Ese mundo que parecía un infierno se estaba extendiendo frente a sus ojos como antes.

Suavemente, puso una mano sobre su pecho.

Le parecía que si se hubiera entregado a un poder como ese, se habría perdido a sí mismo.

—¿Qué pasa?

Sin responder a la pregunta de su padre, se limitó a mirar inmóvil la escena en frente suyo.

Incluso si este infierno era el mundo en el que vivía, no tenía intención de pararse ahí viéndolo.

—... Lo cambiaré...

No importa qué, tratar de resolver todo con conflictos es un error. Si el mundo era así, tenía que cambiarlo.

Esa fue la base del hombre llamado Uchiha Itachi.

Itachi nunca olvidó la escena de ese día por el resto de su vida.

Itachi Shinden: Komyo-hen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora