|1|

4.5K 167 7
                                    

— ¡Gracias!, nos vemos. — Cerré la puerta del auto detrás mío y entré al edificio de Mauro.

Acabo de decirle 'nos vemos' al uber, no bueno.

Tras tres toques en la puerta, fue el dueño de casa quien abrió y me recibió con un abrazo.

— Que onda, Lu. — Cerró la puerta y me sacudió por pos hombros, como era típico de él. — ¿Cómo decís que estás?.

— No me quejo, aunque tengo sueño y hambre. ¿Pidieron algo?.

Bajamos las escaleras para ir a la habitación donde estaba el resto,  stremeando.

— Todavía no, falta que vengan Enzo, el Demente y Cuscús. Igual si querés pedimos algo ahora.

Lo miré con extrañesa y entendí cuando vi que en la habitación sólo estaba Julián frente a los monitores. Miré a Mauro con odio mientras el sólo sonreía y volvía a llevarme por los hombros hacia adentro.

— ¡Genteee!, miren quien cayó del cielo.

— Corazón de sedaa.— Habló Julián antes de darse vuelta y ver que era yo quien llegaba.—  Hola, Lu. ¿Todo bien?.

Se acercó para saludarme.

— Estoy bien, ¿vos?.

Dejé mis cosas sobre unas cajas que tenía Mauro en la habitación.

— Bien también.

— Hola, gentee. ¿Cómo están?.—  Esta vez hablé a la cámara y el chat no tardó en contestar.—  Yo estoy bien, aunque tengo hambre y sueño. No dormí bien, o nada mejor dicho.—  Seguí leyendo el chat, riendo por las boludeces que escribían. —No, no comí nada. Me levanté hace un ratito de la siesta y no tuve tiempo.

— Mirala, me robó la silla.— Mauro sacudió la silla en la que estaba sentada.

— Y si no me ofreces donde sentarme entonces te voy a quitar la tuya, rey.

— Tenés razón. — Miró por la habitación buscando algo.—  Igual acá en estas cajas tengo sillas que hay que armar así que ya fue.—  Arrastró una caja y se sentó encima.

Estuvimos los tres hablando con el chat por al menos dos horas hasta que fueron las once y media de la noche y ya moría de hambre.

— ¿Entonces que pido?, yo voy a elegir una hamburguesa. — Julián nos preguntó a Mauro y a mí.

— Yo quiero... Una hamburguesa también.—  Mauro respondió y los dos me miraron esperando mi respuesta.

— No sé si quiero una hamburguesa o una mila con fritas. —  Hice puchero pensando en cual se me antojaba más ahora. — Mila con fritas, eso quiero.

Julián hizo una seña de "Okay" y tecleó en su teléfono a la rotiseria para hacer los pedidos. Aunque por la hora (demasiado tarde para pedir la cena) ya no hacían pedidos ni manejaban delivery.

Pensando, Julián se acordó de que conocía al dueño de un restaurante y lo llamó para ver si estaban abiertos y hacían delivery. Para nuestra suerte, sí, lo hacían así que pedimos nuestras comidas y sólo hacia falta esperar.

Para el momento en el que la comida llegó, también lo hicieron los dos Martín y Enzo que querían manotear nuestras bolsas de comida.

— Ustedes pidanse el suyo, perras.—  Mauro alejó las bolsas de nuestros ambos ambrientos.

— ¿Qué es esto?.—  Demente preguntó sacando unos bastoncitos de masa de una de las bolsas.

Curiosa, me acerqué a él para ver que era eso que tenía en las manos.

— Son tequeños.—  Julián se acercó por atrás mío y agarró uno de la bolsa para partirlo a la mitad y mostrarnos el interior.—  Son de queso, y riquísimos.—  Se llevó una mitad a la boca, dándome la otra mitad para porbar.

Bajo la atenta mirada de mis compañeros, me llevé la mitad del tequeño a la boca. Una obra de arte para los que amamos el queso.

— Espero que hayan comprado dos docenas de estos.—  Señalé la bolsa en la que claramente no había dos docenas mientras tomaba agua de una botella.

— Voy a pedir más junto con mi comida.—  Confirmó El Demente.

Y así nos pasamos la noche. Entre chistes, anécdotas, miradas cautelosas y tranquilidad.

Finalmente, llegó un momento en el que no podía más con mi vida y me ganó el sueño. Me fui a dormir a la cama de Mauro mientras los chicos seguían boludeando con sus cosas.





🌱¡Primer capítulo!.
Espero que les guste.
Recuerden que pueden votar y comentar que les va pareciendo la historia. <3

ACÉRCATE  || BZRP  (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora