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Kagami intentaba levantar el broche de pelo que se le había caído, pero no podía. A pesar de estar 3 años en aquella situacion aún no se acostumbraba muy bien a su estilo de vida.
Afortunadamente Marinette vino "Al rescate" ayudándole a encontrar el objeto y se lo dió.

- Gracias, eres mi salvadora - Sonrió cálidamente - Aunque se trate de un simple broche de pelo

- ¿Te peino? - Al recibir un si como respuesta tomó un cepillo y comenzó a peinarla - De nada, tu sabes que me gusta ayudarte, en fin, acabando esto ¿Quisieras tomar un poco de aire fresco?

Aquella idea le gustó bastante así que asintió sin dudas. Ambas salieron a caminar por las bellas calles de la capital del amor, Marinette no podía dejar de mirarla y no precisamente a las edificaciones o los puestos sino a la japonesa, cada vez que estaba a su lado sentía lo mismo, un ligero cosquilleo en su estómago, algo que durante el tiempo de conocerla nunca había experimentado.

Luego de un par de minutos caminando optaron por descansar un poco, para la ojimiel le era un poco diferente (Más no difícil ya que solía hacerlo ella sola) salir a pasear a diferencia de los demás, su condición tal vez era "Desesperante" para los otros (Odiaba esa descripción), pero para la azabache no era así, siempre estaba dispuesta a ayudarle y estar a su lado.

- En verdad te agradezco esto, tu sabes que me gusta mucho estar afuera, darme cuenta de los sonidos a mi alrededor y sentir el viento en mi rostro

- Solo quiero lo mejor para ti, disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Después de todo lo que has pasado mereces por lo menos un rato de relajación, estar bien

- Eres tan linda conmigo ¿Cómo puedo pagarte?

- No tienes que pagarme nada, con tu amistad es suficiente

La azabache tomó la mano de su amiga, ese contacto la estremeció así que trató de que ella no lo notase, Kagami era muy buena para saber cuando alguien se ponía nervioso.

- ¿Escuchas eso? - Susurró a su oído. La asiática asintió - Recuerdo que me habías dicho lo mucho que te gusta el canto de los pájaros, en el especial te gusta escuchar a los pichones

- Si, puedo percibir bien cuando mueven sus alas al momento de emprender su vuelo, son libres de ir a donde quieran, creo que si llegan a preocuparse en los problemas que pasan al ser pequeños animales indefensos en un mundo cruel, pero por esos momentos en el cielo se olvidan de aquello. Mi vida es como la de los pichones, día con día se enfrentan con miles de difíciles situaciones, y de vez en cuando me doy la oportunidad de "Volar"

- Se que tú situacion no es igual a la mía, pero yo también siento que soy como los pichones - Musitó la ojiazul con tristeza

- ¿Cómo vas con ya sabes que?

- Aún es difícil, aunque poco a poco ca entrando un poco de luz a mi vida, ustedes han sido de gran ayuda para sobrellevar esto

- Cuentas conmigo para lo que sea, ya lo sabes

- Y tu conmigo también

- Te quiero tanto, Marinette. Una amiga como tú es lo que necesitaba, sin ti no se que haría

- Yo también te quiero, Kagami, eres muy importante para mi

Ese momento solo fue de ellas, un bello momento para compartir. En verdad necesitaban de estar en completa paz.

🔞Amor Peligroso [Marigami] Terminada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora