32. Debemos dejarla ir

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Kaden

Salgo de su casa e inhalo profundo, no quiero irme, dejarla ahí, menos con el grito que dio que me calo hasta el pecho.

Pero no puedo creer un drama, mis padres han pedido madurez de mi parte.

El pueblo va a quedar a mi disposición, seré alcalde y no puedo seguir amenazando ni queriendo rematar a golpes a quien no esté en sintonía conmigo.

Desee estrellar mi puño en la cara del Señor Scott, al burlesco y enfadado de Jack llevándome a mi pequeña conmigo, con nosotros no le faltaría nada, sin embargo, ella acaba de cumplir la mayoría de edad y reitero, no quiero problemas legales.

El sheriff de aquí me daría un día en la cárcel, en la ciudad la justicia seria mas severa.

Saliendo de esa nube pensante, llego a casa, en la cual hay un cochinero por todas partes. Adam y Oliver recogen, al verme llegar se detienen.

Salgo azotando la puerta y me acerco a ellos.

-La perdimos.

-¿Eh? -frunce el ceño Oliver.

-¿De qué hablas?

Adam suelta brusco la bolsa de basura y se cruza de brazos asesinándome con la mirada.

-A los señores Nightland les mandaron un vídeo de anoche, fue mala idea querer darle el anillo alrededor de muchas personas.

Entro a la mansión directo a la cocina, muero de sed. Los chicos vienen detrás de mí, lo que les diré a continuación no les gustara.

-¿Y qué va a pasar?

Me bebo todo el vaso y lo dejo caer fuerte en la mesada, trago el agua y veo a Oliver.

-Hemos terminado con Jane, le quitaron el anillo en mi cara -gruño dando un puñetazo a la barra-. Quise golpearlo, me lo puso en mi mano y la cerro, minutos después Jane exploto diciendo que eramos la felicidad y amor que Tommi le daba y se llevo consigo -pronuncio con odio el mote que le tiene a ese crío muerto de amigo con beneficios.

-No logro enamorarse entonces... -masculla Oliver bajo, pero logre escucharlo.

-Puede que no, me lloro tan feo que sentí mi pecho oprimirse, me suplico que no me fuera, pero mi presencia en esa casa no era bienvenida -les cuento lo que paso a lujo detalle-, y al dejarse caer tuve que levantarla, en ese momento que la sostenía en mis brazos le meto el anillo en su bolsillo trasero, prometí volver por ella y le dije que eso que había en su pantalón era el símbolo de nuestro amor.

Termino y espero su reacción, ambos se me quedan viendo serios. Paso la mano por mi cabello suspirando.

-Okay, tenemos que aclararnos la cabeza bien, ¿la amamos? -pregunta Oliver intercalando sus ojos de Adam a mí-. Porque este sentimiento no es real, la obsesión no es amor.

-Jane es diferente a las otras chicas, cachorro-le aclara Adam, se voltea con él y sigue hablando-, sí, siempre uno de nosotros se obsesiona con el cabello, la figura, su carácter, por lo que sea, de las mujeres, pero ella, joder, yo no estoy listo para soltarla -se ríe nervioso, juega con el anillo y se le queda viendo-. Podre no amarla, pero si le tengo afecto, la quiero, mi liebre es especial desde el momento que empezamos a observarla, yo sentía que ella era la indicada, por eso le dimos el anillo, ¿no?

-Aparte de unirnos entre nosotros, un anillo para ella simboliza el afecto que sentimos por Jane, extraño tal vez, a nuestra retorcida manera la amamos -digo sincero encogiéndome de hombros-. eso no significa que este bien, lo entiendo Oliver, pero por eso vine, para atar cabos sueltos.

Poliamor enfermizo © [Versión 2020 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora