20. ¿Nuevos amigos?

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Última de día de la semana y Kaden es el único que me acompaña en la escuela.

Pero anda distraído, revisa cada cierto tiempo su teléfono.

Ni atención le puso a Jacob que quiso platicar con él en la hora del almuerzo.

Yo por otra parte platico animadamente con los mellizos, son unos chicos muy divertidos y extrovertidos.

Jace le roba discretamente las uvas a su hermana, mientras ella me platica su día de ayer por el pueblo, los lugares que fue a visitar y los que quiera que la acompañará.

-¿Pero por qué yo? -inquiero curiosa.

-Porque eres la única chica de mi edad que conozco, todas aquí parecen más grandes y me echan una cara...

Se ríe y mi sonrisa cae, eso lo noté Jace. Le pega un codazo a Jamie y ella de queja.

-¿Qué te pasa engendró del mal?

-Jane perdió la sonrisa, algo fuera de lugar dijiste.

-Oh -se tapa la boca y me ve preocupada tanto como llena de integra-. Perdón si te ofendí con algo, no era mi intención.

Hago un gesto con la mano restándole importancia y bufo.

-No, para nada. Es que... -no puedo decirlo, no tan natural, aún no-. Ehm, hace...

-Lo que Jane no logra decir es que hace meses en el pueblo hubo un accidente donde los adolescentes iban de excursión y el camión se desvió de la carretera... todos murieron, menos ella. Todo por estar jugando y saltar fuera del camión.

Kaden dice todo eso sin despegar la vista de su celular, pero logró que mi pecho se oprimiera horrible, lo hizo ver mal. Y también revivió recuerdos malos.

-Yo, yo... voy al baño.

Me levanto tomando mis cosas y sin armar un escándalo salgo de la cafetería a pasos apresurados.

Pego un azote a la puerta de los baños y me encierro en el último cubículo, dejo la mochila caer al piso y me subo a la taza, respirando profundo y tratando de calmarme.

Tranquila, Jane. Tranquila, tranquila, tú puedes...

Otra bocanada de aire a mis pulmones y lo expulso lento, mis ojos se nublan, los cierro y un pequeño sollozo sale de mis labios.

Me tapo la boca rápidamente y volteo para arriba. Parpadeo muchas veces sintiendo cómo caen las lágrimas, un nudo se forma horrible en mi garganta y sollozo internamente, pataleo un poco queriendo quitar estas feas sensaciones en mi ser.

¿Por qué? ¿Por qué tuviste que decirlo?

También tus hermanas murieron, ¿Por qué lo dijiste sin delicadeza carajo?

-¿Jane?

Me sobresalto y quedo viendo a la puerta cerrada frente a mí.

-¿Estás aquí? -es la voz de Jamie, quiero que se largue-. ¿Te encuentras bien?

Guardo silencio limpiándome la secreción nasal con papel y retirando las lágrimas de mis ojos.

Veo los pies de Jamie fuera del cubículo donde estoy, no pasa mucho cuando da unos toques.

-¿Jane?

-Estoy bien, vete.

-No te escuchas bien. ¿Puedes abrirme?

Ruedo los ojos y sigo sorbiendo los mocos lo más sutil posible. Se la razón de por qué no la quiero cerca de mí, pero tal vez sólo son estúpidas ideas mías gracias a la gran amabilidad y generosidad de Oliver.

Poliamor enfermizo © [Versión 2020 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora