16. Esto recién empieza, Jane

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Kaden se aproxima a mí en tan sólo bóxer, más cerca y levanto la cabeza para verlo a la cara.

Queda frente mío, su figura alta e imponente me hace sentir una pequeña liebre asustadiza que observa a una bestia hambrienta.

Mueve su mano y estoy atenta a todo. Acaricia mi mejilla con las yemas de sus dedos, luego mis labios y me introduce lento su dedo pulgar.

Bajo la mirada a su mano, pero gruñe y regreso mis ojos arriba.

-Mírame, no despegues tus ojos de los míos -va diciendo mientras sigue metiendo su dedo a mi boca-. ¿Vas a ser buena niña, cierto? No quiero castigarte.

No digo nada, no puedo.

-Bien, quiero que captures mi dedo con tus labios y succiones -ordena y acato.

No sé si lo hago bien, pero se siente extraño. Kaden sonríe y lentamente saca su dedo.

Quedo con la boca entreabierta y así mismo con mi saliva moja mis labios.

Su brazo cae, da un paso para atrás y procede a sentarse en la orilla de la cama. Abre sus piernas y me hace una seña de que vaya.

Me paro y noto que mis rodillas están rojas y marcadas por la tela del vestido, no pongo mucho caso a eso sino a Kaden que no quita sus ojos de todo mi cuerpo.

Detengo mis pies entre los suyos, ahora soy un poco más alta que él.

-Acércate más, sin miedo pequeña -jala de mi cintura y por instinto me sostengo de sus hombros-Perfecto, ahora voy a quitar esto.

Sube sus manos a mis pechos agarrando las orillas de las pezoneras retirándolas.

Respiro profundo y veo cómo las deja a un lado de él en la cama.

Vuelve su cabeza y me examina, acariciando zonas de mi cuerpo con los ojos dilatados, brillando de morbosidad.

-Eres hermosa, en tu totalidad. Tu piel es tan... -sus dedos pasan delicadamente por mis brazos provocando que mis vellos se encrespen-, suave... aunque percato ciertas marcas que debió hacer Adam.

No pregunta, lo afirma, seguro de que fue así y en efecto si pasó eso.

-Me mordió -digo en susurros.

-Lo sé.

-¿Por qué lo hizo?

-Que curiosa estas hoy, sin embargo, no responderé. Porque nos desviaremos de un tema relacionado con tu cavidad bucal.

Iba a objetar, quiero saber, pero igualmente no quiero azotes. Así que mejor me obligo a callar mi incertidumbre y me relajo.

Kaden me miraba serio hasta que le puse de nuevo mi atención y sus manos hicieron presión en mis hombros, entendí a la primera y me arrodillé despacio.

Me senté sobre mis piernas y puse mis manos sobre el regazo. Estoy a centímetros de su entrepierna cubierta por una tela negra.

-Mis ojos están acá arriba -sujeta mi barbilla elevándola y siento mi cara arder
en segundos-. Tranquila, no te avergüences, ya te lo mostraré.

Deja libre mi mentón y se levanto un tanto para deslizar su bóxer, no sé porqué, pero cierro mis ojos.

-No hagas eso, ábrelos.

Con miedo y curiosidad lo hago, al ver su miembro mis ojos se abren más de lo normal y trago saliva nerviosa.

-¿Lista para ayudarme?

Niego instintivamente.

Kaden ríe y vuelve a tomar mi cara con una de sus grandes manos.

-Pero tú querías saber que podía hacer con tu boca.

Poliamor enfermizo © [Versión 2020 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora