OS/~ Ladies and gentlemen, will you please stand?
With every guitar string scar on my hand
I take this magnetic force of a man to be my lover~
One Shots-imaginas con Joshua Bassett y su personaje ficticio Ricky Bowen.
Se aceptan pedidos.
Joshua Bass...
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Era de noche. Probablemente las 2 de la mañana.
Ricky no había llegado.
Estaba con Big Red jugando videojuegos.
¿Y yo? Como una tonta en su cama esperando por el.
El sueño me estaba matando pero el enojo era más fuerte.
Estuve toda la puta noche esperando por el.
Me dijo "Nena, quédate a dormir hoy, yo terminaré de jugar algo con Big y ya voy".
Aquí va la estúpida a las 2 de la mañana esperando por el.
Volteo mi cuerpo mirando hacia la pared.
Tomé una almohada y la abracé con mis brazos, pasando una pierna alrededor.
Me dormiré de una vez por todas.
Un rato más tarde suena la puerta.
Me mantengo en mi posición.
- ¿Nena?- la voz de Ricky me llamó.
Yo solo me acomodé mejor en la cama.
- Nena, lo siento.-
Escuché como se sacaba sus zapatos.
Luego se acostó a mi lado abrazándome.
- ¿Estás despierta?.- preguntó.
-No.-
Soltó una risa nasal.
- No te enojes- besó mi cuello.
Me estremecí.
- No hagas eso-
- ¿Que no haga esto?.- repitió su acción.
- Ya déjame dormir- gruñí.
- ¿Estás muy enojada?-
- No, solo me gustaría saber porque coño mi novio me dejó tantas horas esperando por el- gruñí sin mirarlo.
- Es que la mamá de Big Red se cayó, estuvimos con ella en el hospital hasta ahorita y mi teléfono se ha quedado sin batería y el de Big Red se partió cuando escuchó el golpe de su mamá.- explicó sin dejar de abrazarme.
- Oh- fue lo único que pudo salir de mi boca.
- Oh- besó mi cuello otra vez.
- Richard Bowen- gruñí.
- Ya, perdón, ¿aún no estoy perdonado del todo, eh?-
- No- me di la vuelta para ver su cara.
- Entonces quitemos esta horrible almohada, úsame en su lugar y durmamos, ¿te parece?-
- ¿Mi propia almohada humana?- me emocioné.
- Úsame para lo que quieras- rió.
Oh, no acaba de decir eso.
Solté una carcajada gigante.
- Oh, no, así no, vamos, nena. No lo decía así- se puso rojo.
-Ven acá, almohada humana-
Lo abracé y pasé una pierna por su cuerpo.
Mi almohada humana.
Poco a poco el sueño llegó a mi.
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