C.1: Black Dragon

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/Pasado (T/n-10 años)/

Como era costumbre cada tarde, los gritos se apoderaron de la casa de los Shiba. Estaba harta de tener que lidiar siempre con la misma situación, salí de mi habitación preocupada y frente a mi se reproducía una escena diferente a la de siempre. Esta vez, Hakkai se encontraba cubriéndose detrás de Yuzuha mientras que esta estaba con los brazos extendidos protegiendo al menor, mirando desafiante a mi mellizo. Este último estaba con la mano levantada, a punto de impactarla en la cara de la chica. Tomé la muñeca de Taiju desde detrás suya evitando que golpease a nuestra hermana.

Taiju Shiba, te juro que como te vea ponerle un solo dedo encima a cualquiera de los dos te arrancaré los ojos.— El de pelo bicolor se giró a mirarme con molestia, alcé el mentón con osadía mientras este retiraba su mano y abandonaba la sala. Podría haberme golpeado perfectamente, ganas no le faltaban, pero por alguna razón nunca lo hacía. Me incliné hacia Yuzuha, que seguía con los brazos extendidos, temblaba de miedo. Verla de esa forma rompía mi corazón. La abracé con fuerza y acaricié su nuca.

Está bien enana, ya estoy aquí... Gracias por cuidar de Hakkai cuando yo no podía— besé su frente y el peliazul se unió a nuestro abrazo, coloqué mis manos sobre sus hombros y los miré entristecida. —Me encargaré de que nunca llegue a más, no de nuevo.— Pudo sonar como si lo hubiese dicho tan solo para tranquilizarles, pero me hice una promesa a mi misma. Sobre mi cadáver le harían algo a mis hermanos, ni Taiju ni nadie.

/T/n-16 años/

Ya era Sábado por la mañana, justo el día de hoy hacían 4 años que mis hermanos pequeños huyeron de casa, pronto daría comienzo a una importante reunión de los Black Dragons. Después de todo, ser la colíder de aquella pandilla conllevaba ciertas responsabilidades. Me levanté sin demasiadas ganas, me gustaba ver a los chicos, pero también dormir hasta tarde los fines de semana. Caminé hasta el baño y comencé a prepararme, despojé la mayoría de mis prendas y me miré al espejo sujetando una venda para cubrir mi pecho. Parecía una estupidez pero a la hora de pelear era mucho más cómodo y esa misma tarde daría lugar a una importante pelea. Nos jugábamos mucho, incluso nuestras propias vidas, especialmente la de mi hermano y la mía. Hacía tiempo que luchaban por nuestras cabezas, la gente nos temía por liderar a los BD. Terminé de ponerme el uniforme característico de nuestra pandilla, recogí mi pelo en una coleta dejando ver mi nuca rapada. Salí de casa y cogí mi moto, la arranqué disfrutando del sonido que esta hacía, aceleré hacía el lugar donde se daría dicha reunión y lo primero que escuché al llegar fueron los gritos del más alto, ¿no podía mantener la calma ni por un segundo? Alcancé a escuchar algo de lo que escupía por la boca mientras aparcaba a unos metros de allí.

¿MIEDO? SI POR UNA SIMPLE PELEA COMO LA DE ESTA TARDE ESTÁIS ASUSTADOS ES QUE NO SERVÍS EN ABSOLUTO PARA PERTENECER A LOS BLACK DRAGON

Me acerqué a paso lento pero firme. Nadie tardó en notar mi presencia, a excepción de Taiju. Eché una vista general con las manos en mis bolsillos y pregunté en voz alta, dirigiéndome más hacia el más alto.

¿Qué es lo que ocurre?— Su cara estaba demasiado tensa, parecía que fuese a explotar. La característica vena de su frente se había hecho más que presente, en ese momento me olvidé de recibir una respuesta por su parte así que traté de hacerme a la idea por mi cuenta. 

Por favor, guardad la calma. Sabemos que estáis asustados, ¿Quién no lo estaría? Nos doblan en integrantes y probablemente en batallas. Pero puedo prometeros que ganaremos la pelea. Tenemos una ventaja clave de la que ellos carecen. Nosotros nos cubrimos las espaldas los unos a los otros. Yo os cubriré las espaldas.

Terminé el pequeño discurso tratando de calmar la tensión del ambiente, al principio parecía no haber funcionado pero algunos miembros respaldaron mi argumento y parecían más seguros de si mismos, todos a excepción de Taiju que aún tenía un semblante molesto. Busqué con la mirada a alguna cara amiga que me ayudase a interpretar mejor la situación, cuando mis ojos se cruzaron con los de Inupi me hizo un gesto para que nos alejásemos un poco y junto con Koko, a unos metros del resto me explicaron la situación.

Se rumorea que su pandilla juega sucio...no juegan a ganar, juegan a matar— Inupi habló en voz baja mirándome con preocupación, Koko no tardó en continuar hablando, se veía asustado. —Dicen que coleccionan las uñas de quienes derrotan...—Ni siquiera logró mirarme a los ojos, su vista se centraba en el suelo y no era capaz de levantarla. —¿no tienes miedo T/n?

Aquella pregunta me pilló desprevenida, miré a Inupi quien había disparado sus palabras como balas, le miré con seriedad durante unos segundos y asentí con la cabeza pausadamente.

Si, por supuesto que tengo miedo, pero si huimos con la cola entre las patas nos atacarán desprevenidos y ahí si que no tendremos oportunidad de vencer. Ni siquiera Taiju está verdaderamente tranquilo, todos aquí sois como nuestra familia. Él estuvo estudiando al enemigo durante semanas para ver sus puntos débiles. Además, si nos convertimos en la mejor pandilla de Tokyo podré encontrar a mis hermanos con mayor facilidad— Les dediqué una pequeña sonrisa y me retiré para regresar junto con los demás. Caminé hasta estar frente al líder y sonreí con seguridad, le hice un gesto para que tratase de guiar lo que quedaba de reunión. Taiju dio un paso al frente y expuso las flaquezas del enemigo. Si éramos cautos, todo saldría a la perfección, confiaba de sobra en todos los allí presentes. Observé a Taiju con orgullo hasta que terminó de hablar, ahora que todos éramos conocedores del plan que le había ayudado a elaborar, estábamos verdaderamente preparados para la pelea. Nos quedamos debatiendo entre todos diferentes estrategias mientras el tiempo pasaba hasta que llegase la hora de la gran pelea. Cuando finalmente llegamos al lugar acordado, vimos a cuatro personas que habían sido citadas y no pertenecían a ninguna de ambas bandas implicadas dispuestas a arbitrar la pelea y detenerla en el caso de que las reglas se rompiesen. Se trataban del líder de la Tokyo Manji conocido como "El invencible Mikey" y su Colíder Draken. Por otro lado estaban los hermanos Haitani que, hasta donde yo sabía, actualmente no pertenecían a ninguna banda.

Ya estábamos, ambas bandas presentes. Una enfrente de la otra. La batalla comenzaba ya, un muchacho delgado con trenzas recogiendo su pelo se posicionó en medio, supuse que sería el mayor de los Haitani. Dijo unas palabras que no alcancé a escuchar y la pelea comenzó.

Be my slave (Ran x Tn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora