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Después de aproximadamente dos horas el pequeño blanquecino despertó algo desorientado.

Aún tenía esa cómoda y hermosa pijama pero algo cambio, sentía una nueva presión en su tobillo donde anteriormente se encontraba su cadena.

Se sentó en lo que parecía ser una cama matrimonial y miro hacia su tobillo.

-¡Regresaste!- grito con emoción el menor al ver a su compañera desde su primer año.

Con un hermoso brillo en sus ojitos miro alrededor encontrándose con que estaba en su mundo, no le pareció del todo pero no podía evitar sentirse feliz al estar en lo que él llamaba hogar.

-¡También estás aquí!- volvió a festejar corriendo hacia su amado sofá, por suerte esa horrible cadena le permitía ir hacia el -los extrañé mucho, ¡Debo contarles muchas cosas!.

Prosiguió hablando con sus amigos hasta que la puerta se abrió dejando entrar a Jay Park.

-¡Tío Jay!- el menor corrió como siempre lo hacía rumbo a su "tío".

-mi niño- hablo con dulzura abrazando y cargando al menor para que este enrollará sus piernas en su cintura, aunque quisiera evitarlo ese desalmado también había extrañado ver esos pequeños ojitos.

-l-lo extrañé mucho- hablo escondido en el cuello de su mayor intentando no llorar y pasarse el nudo que tenía en la garganta.

-Esta bien cariño, ya no nos van a separar nunca más- decreto tomando asiento en la cama mientras llevaba sus manos a los glúteos del blanquecino y este se aferraba más a él.

¿Verdad que eso es amor?.

No, quizás no, pero para el era todo lo que necesitaba para estar tranquilo.

-hyung fui a un mundo muy raro pero tenía cosas lindas y-y encontré a cuatro superhéroes, un ángel y un príncipe- contó con ilusión.

-¿En serio cariño?, ¿Cuáles eran sus nombres?- Pregunto sin darle importancia mientras tomaba las caderas del más bajo y las movía lentamente sobre su entrepierna dando besos húmedos en su cuello.

-Los superhéroes se llaman, Jinnie hyung, TaeTae hyung, Kookie hyung y Hobi hyung, el ángel se llama Jiminie hyung y mi príncipe se llama Namie hyung, quizás algún día los conozca, son hermosos.

-bien Yoonie, quizás algún día los conozca- una sonrisa se formó en sus labios mientras recostaba al blanquecino en la cama y se ponía entre sus piernas.

-hy-yung...

-no tengas miedo bebé, solo preparo un poco tu leche- los besos en el cuello del blanquecino seguían junto a los frotes en su entrepiernas.

-me hace cosquillas- soltó con una risita. -¿Me dará besitos como Jiminie hyung?- cualquier acción del contrario se detuvo al escuchar las palabras del menor.

-¿Cómo eran esos besos YoonGi?- Pregunto está vez más serio.

El menor no contestó y solo llevo sus labios a los de su mayor moviendo estos lentamente.

Jay Park sintió su sangre hervir en ese momento de tal forma que llevó una de sus manos al cuello del blanquecino alejándolo de sus labios y dejándole difícil el respirar.

-¿Porque lo permitiste YoonGi?, ¡Tú solo eres mío y si alguien no paga por ti no puede tocarte!, ¡¿Me entiendes?!- escupió con rabia soltando de una manera brusca al menor que no paraba de toser y llorar en busca de aire y consuelo, -¡Deja de llorar joder, sabes que lo detesto!

-P-perdon y-yo n-no quería, e-en serio, n-no lo are o-otra vez- lloraba intentando no hacerlo pero fallando en el intento.

-intente ser bueno contigo, darte alimentos y no ponerte a trabajar en unos días, pero lo arruinaste así que hoy mismo comienzas a trabajar, prepárate vendrá alguien a verte- informo de mala manera mientras se levantaba de la cama.

-h-hyung n-no quiero, p-por f-favor, quiero ir con N-nam hyung- suplico el niño siendo callado por una bofetada.

De verdad que ese pequeño se había aferrado demasiado a la figura paternal o protectora que le daban sus mayores en especial Namjoon.

-¡Te dije que te callaras!- se acercó rápidamente al niño tomándolo por los cabellos acercándose a su oído. -no volverás a ver a esos malditos bastardos, ¿Me oyes?- susurro.

-q-quiero volver, y-yo puedo ser b-bueno, ¡e-enserio!

Una nueva sonrisa apareció en el rostro de Park la cual si el menor hubiera estado en otra circunstancia le habría provocado que retrocediera en un vano intento de escapar.

-¿Puedes ser bueno?- pregunto cínicamente a lo cual Min solo asintió perdido en sus sentimientos, trauma y mente.

-muy bien entonces se bueno para el próximo cliente- una vez más tomo camino a la puerta sin esperar respuesta.

-¡Hyung, quiero los dulces!- grito prefiriendo mil veces estar drogado que estar consciente en un acto tan cruel, -p-por favor...

-los tendrás cariño...



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Leí toda esta historia y omg no podía creer que yo estuviera escribiendo algo como esto es que para mí es simplemente perfecta.

Siento que en esta historia no fracasé.

PARADISE {BTSXYOONGI}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora