Nueve 🌌 Wos

847 51 50
                                    

La energía del lugar, la felicidad de verlo conectando con su gente nuevamente después de tanto tiempo, presenciar desde tan cerquita, ahí a un costado del escenario como mi Valentín se convertía en Wos, en ese artista que el público aclamaba con fervor, me llenaba el pecho de un orgullo tan inmenso que sentía que podía explotar en cualquier momento.

Todavía no me recuperaba de haberlo visto llorar cuatro noches seguidas con esas dos canciones que significaban tanto para él. Mi cuerpo tenía una energía que no había sentido en estos dos años de encierro y se hizo aún más intensa cuando lo vi despedirse de su último show en Obras, saludando a todos con su carita de felicidad, siempre tan agradecido.

Valentín corrió hacia mí, con una sonrisa tan grande que me asustaba que pudiera lastimarse los cachetes. Antes de llegar a abrazarme frenó en el lugar, señalando lo transpirado que estaba. Hice un gesto con la cabeza para demostrarle que poco me importaba, nada quería más que estrecharlo fuerte entre mis brazos para hacerle llegar todo mi amor y devoción, para devolverle un poquito de todo lo que él me había dado en estos años juntos, y en estas cuatro noches.

— Estoy muy orgullosa, debes estar cansado de que escucharlo pero es tan cierto... te dije lo mismo cuatro veces seguidas y te lo diría un millón más. Sos inmenso, Valentín.

No quería dejarlo ir, que este abrazo se termine y toda la crew viniera a robarmelo para festejar y tenerlo horas escabiando. Daría una pierna porque fueramos a casa a tomar una birrita los dos solos. Y no era maldad ni egoísmo, simplemente este último mes me había sentido un poco invadida con tanta gente alrededor con distintas energías que ponían todo su empeño en conocerme un poco más, en hacerme parte de todo para que no me sintiera fuera de lugar.

En un punto parecía una desagradecida por no valorar el amor que me daban, de todas formas yo también les tenía un gran aprecio pero extrañaba un poquito que nos dejaran solos un rato.

— Estoy muy feliz — pronunció contra mi cuello, y con el calor del ambiente más la humedad de nuestros cuerpos parecía que nos habíamos pegado como stickers — Me hace tan feliz que estés acá, tan compañera... sos mucho más de lo que alguna vez soñé, Cami.

— Basta o lloro. — advertí poniendo mi mejor cara de seria para no dejar caer unas lágrimas. Ahora era momento de festejar.

— ¿Vamos con los demás? — preguntó sin soltarme.

Antes de que pudiera terminar de hablar todo su equipo se acercó a abrazarlo, y quedé entre medio de todo eso, obligándome a abrazarlos yo también. Reí porque si bien tantos ensayos, pruebas de sonido y un millón y medio de mates de por medio después de un mes me parecía muchísimo, sabía que los iba a extrañar. A Valen su gente lo hacía feliz, y por mucho que quisiera negarlo eso me hacía todavía más feliz a mí.

— Qué fechones, hermano. ¿Te gustó, Cami? — preguntó Acru, y yo asentí, felicitandolo y luego acercándome a saludar a Cata, su novia.

Un rato después en el patio cervecero estaban todos, charlando animados, no sé si por la euforia vivida estos días o por el alcohol en sangre. Dejé mi lata de cerveza en el piso y me senté por unos minutos a estirar las piernas.

— ¡Amor! — gritó mi novio desde la otra punta del lugar — ¿Todo bien? , ¿Querés ir a casa?

Hice una mueca y negué. La verdad que sí quería, pegarme una ducha y dormir unas doce horas en este momento me parecía un sueño, pero igualmente no iba a arruinar esta última noche de celebración.

— Te conozco, me estás diciendo que no pero queres decir que sí. Tus ojos no me pueden mentir, nunca. — me sonrojé con sus palabras, ya que era cierto.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 28, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

one shots Donde viven las historias. Descúbrelo ahora