Después de los festejos de año nuevo, Marinette fue a la casa Tsurugi para comenzar a aprender a bordar correctamente. Ambas se sentaron una al lado de la otra, mientras Kagami practicaba su extraño deporte frente a ellas. Tomoe le prestó tela, un aro, la aguja y el hilo generosamente. Juntas, comienza a bordar un dibujo simple de una flor.
Marinette echaba constantemente miradas al trabajo de Tomoe. Después, su mirada caía decepcionada sobre su propio trabajo. Su costura era demasiado desordenada y fea en comparación con la de Tomoe. Sin embargo, siguió intentando hasta que la tarde cayó con un telón.
Con el tiempo, Marinette terminó de bordar su flor fea.
La orilla del río se había convertido en uno de sus lugares de juego favoritos. Esta tarde, después de la práctica diaria de Kagami, ambas fueron a la orilla del río. Kagami se sentó en silencio admirando el tranquilo correr del río. Como si fuera un río de plata, lanzaba destellos poderosos en torno a sus ojos. Marinette, por su parte, no podía dejar de ver su trabajo apenas terminado de una flor rosa.
Al principio, había pensado en que sería un trabajo perfecto y podría regalárselo a Tomoe como agradecimiento. Sin embargo, al final se sentó demasiado avergonzada como para dárselo y lo mantuvo apretado contra su pecho.
Kagami había captado el humor de Marinette, y estudió la flor bordada en silencio. Después, se rascó el puente de la nariz y emitió su humilde juicio.
—No se ve tan mal.
Era la verdad. La flor tenía el encanto de un trabajo hecho por un infante; era colorida y tenía una torpeza tierna en las puntadas de diferentes longitudes.
Pero seguía estando muy por debajo de las expectativas de Marinette, así que ella arrugó su pequeña nariz.
—Sólo lo dices porque no quieres hacerme sentir mal. Y sí lo dices en serio, entonces tienes mal gusto.
La cara de Kagami no cambió en absoluto. Miró a Marinette con sus ojos oscuros, luego estiró su mano.
—Si no te gusta dámelo a mí — dijo.
Marinette quiso mostrar su despreció por su propio pañuelo y lo entregó sin chistar. Ya se había aburrido de estar ahí y parecía que Kagami no tenía mejores planes, así que se levantó y se fue después de sacudir su pantalón.
El próximo bordado que terminó era un dibujo de una mariposa cola de dragón. Fue un poco mejor, pero todavía no terminaba de convencerla, por lo que volvió a ocultarlo en su bolsillo. Cuando estaban a solas, lo extendió hacia Kagami.
—¿Lo quieres también?
Kagami le dio un mísero vistazo antes de arrebatárselo y guardarlo en su propio bolsillo.
El tercero fue mejor. Y así, con cada bordado fue mejorando. En una docena de bordados ha pasado varios meses, casi un año. Ambas tenían ocho años.
Kagami había comenzado a ir a la escuela. Por lo que ahora, Marinette y Tomoe bordaban solas en completo silencio. Marinette terminó de bordar su dibujo de un dragón justo antes de las doce. Se despidió de la señora y salió corriendo a la puerta de la escuela de Kagami.
Después de pasar tanto rato en silencio, extrañaba estar junto a Kagami y contarle sus historias para que ella se riera.
Antes de llegar, se encontró con Kagami, quien también corría de regreso a casa. Cuando se vio, sonrieron hasta que sus ojos se achinaron.
—Venía a buscarte — dijo Marinette. Kagami le extendió su mano que envolvía una paleta de hielo de limón.
—Rápido, se derrite — Kagami ya tenía la mano goteando de la paleta derretida. Marinette la tomó rápidamente y le dio un gran mordisco. Kagami la miró atentamente por unos segundos.
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A Falta de Hilo Rojo [MariGamiAU]
RomanceTiempo correcto, persona correcta y lugar correcto. Tal vez ese sea el amor verdadero. Los personajes pertenecen a la serie animada "Miraculous: las aventuras de Lady Bug" de Thomas Astruc. La imagen de la portada no me pertenece.