Capítulo V

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Cuando regresó a casa, Marinette fue directo a sus padres.

—¿Puedo ir a la escuela? —Preguntó.

Sus padres se miraron entre ellos en silencio.

Hasta ahora, los padres de Marinette no consideraron inscribirla a la escuela. Temían que los niños la acosaran sin descanso por la relación de sus padres y por su apariencia tan diferente. Preferían que creciera en casa y aprendiera a hacer panes para que heredara la panadería.

Sin embargo, ahora que había preguntado, por primera vez consideraron llevarla. Querían que aprendiera a escribir y leer, y que tuviera una vida normal de estudiante. Además, sabían que no importaba hasta que edad la cuidaran, algún día debería enfrentarse al mundo y, probablemente, a la desaprobación de mucha gente. Al menos ahora, con Kagami ahí, no estaría sola en ese mar de estudiantes maliciosos.

De este modo, al día siguiente, la señora Sabine se puso su mejor falda y su mejor saco, mientras Marinette se puso su mejor vestido, y fueron a inscribirla.

La escuela era un gran edificio con un gran patio de deportes. Como aún eran vacaciones, no había alumnos en ningún lado y todo estaba cubierto de un inmenso silencio.

Marinette se sentó junto a su madre. No dijo nada. La conversación pronto le aburrió, así que su mente comenzó a divagar. Miró los estantes repletos de libros con pastas gruesas y algunos trofeos de deportes. Sólo volvió en sí cuando su madre se levantó para estrechar la mano del director y ambas se fueron.

Después, fueron a comprar el uniforme de Marinette, que era igual al de Kagami. Marinette se imaginó a sí misma ya Kagami caminar juntas de regreso a casa con el mismo uniforme.

Estaba impaciente por contarle a Kagami sobre esta nueva noticia. Sin embargo, siguieron visitando tienda tras tienda para comprar libretas, libros y lápices.

Mientras estudiaba los materiales, su madre seguía sosteniendo su pequeña mano entre sus dedos. Con la otra mano sostenía su lista de útiles y la repasaba una y otra vez para no olvidar nada. La bolsa de mimbre en la que llevaba sus compras se había deslizado hasta la esquina de su codo.

—Le dije al director que tenías los conocimientos básicos para estar en el año que te corresponde, de ese modo tendrás más posibilidades de estar en la misma clase que Kagami. Entonces debes estudiar mucho para ponerte al día, ¿entiendes? —Habló.

Marinette asintió. Cuando iban de regreso a casa, Marinette se soltó de la mano de Sabine. Sabine se sorprendió y gritó:

—¡Deberías cambiarte antes de ir a jugar!

Sin embargo, Marinette ya había corrido demasiado lejos como para escucharla.

Cuando llegó a la orilla del río, Kagami estaba sentada sobre una roca y dibujaba en la tierra húmeda con una ramita. La había esperado por bastante tiempo y estaba muy aburrida. Miró a Marinette dos veces.

—¿Es un vestido nuevo?

Marinette pellizcó la tela de su falda y la miró.

—No, es para ocasiones especiales.

Kagami alzó las cejas.

—¿Es una ocasión especial?

Marinette sonrió manteniendo el misterio. Luego extendió las manos repentinamente.

—¡Voy a ir a la escuela!

Kagami la miró, incrédula. Marinette comenzó a brincar en círculos alrededor de ella. Entonces Kagami sonrió y preguntó:

A Falta de Hilo Rojo [MariGamiAU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora