Inició: Apegarse A James.

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Era un nuevo día para la familia Rogers Romanoff.

Natasha como cada mañana levantaba con gran entusiasmo a sus pequeños James de 5 años y Sarah de 4 años.

Mientras que Steve actuaba como una especie de ama de casa, la cual se dedicaba a preparar el desayuno.

—¡Bajen ya!—llamó el rubio a su excepcional familia.

—¡Que rico!—exclamó la menor de la familia.

—Cuidado nena, me harás tirar el desayuno —advirtió su padre.

—¿Wuafles?—preguntó con un brillo especial en sus ojitos.

—Cómo te gustan princesa —afirma el soldado.

La pequeña rubia saltaba de felicidad, causando risas al rubio.

Steve y Sarah compartían un vínculo especial, no sólo en el parecido, si no también en diversas cosas como en lo atlético.

Pero solo eso era lo único, ya que todo lo demás habían sido características de Natasha.

Mientras ambos disfrutaban de un pequeño momento padre e hija, los otros dos integrantes de la familia bajaban las escaleras.

—Huele bien —dijo Natasha acercándose a su marido.

—Gracias —comentó su esposo.

Su mirada entonces recayó en su hijo mayor, el pequeño Jaime como le decía su madre de cariño.

—Buenos días —saludo Steve, el pequeño pelirrojo se oculto sorpresivamente detrás de las escaleras.

El pelirrojo no le respondió, se oculto detrás de los barrotes de la escalera mientras acariciaba su suéter escolar.

—James, no tienes que ponerte nervioso. Es tu padre —intervino Natasha.

—B-buenos días —respondió rápidamente para después sentarse.

Steve no dijo nada, ya estaba acostumbrado a la indiferencia de su hijo, aunque le doliera.

—¡Niños, esta vez su padre y yo los llevaremos a la escuela!—informaba Natasha, causando gran alegría a los infantes.

—¿De verdad?—exclamó Sarah con emoción.

—Así es —reafirmaba otra vez la pelirroja.

Natasha en un intento de que la conversación se alargara pateó de manera "sutil" a su esposo.

—¿Te agrada la idea Jaime?—preguntó Steve en un intento de hacer platica.

—S-seguro —dijo tomando su jugo.

Steve decidió dejar el tema por la paz, dedicándose unicamente a tomar su desayuno con la familia. Pero si era sincero.

El apetito se le había ido.

La familia Rogers se dirigía caminando a la escuela, como ya era costumbre. Si bien tenían un auto donde transportarse casi no lo usaban, solo para viaje y cuando había tormentas.

Natasha pensaba que esa era una buena manera para que Steve se relacionará más con su retoño. Últimamente lo veía muy decaído y eso no le gustaba.

Desde que era bebé, James era muy apegado a ella. Pero sobre todo, él y Steve eran muy unidos, y no entendía que es lo que había llevado a su hijo mayor a ser distante con su padre.

—Y recuerden separar la lechuga para que no se humedezca y su pan termine como almohada.

—Separar la lechuga, si que sí —respondió la pequeña animada —Bye, bye mami y papi

Fortaleciendo LazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora