3 AÑOS DESPUÉS
⊰᯽⊱┈──╌❊╌──┈⊰᯽⊱
Sonrió cuando por fin llego a mi coche luego de una extenuante jornada de trabajo en el hospital, ayer tuve guardia y absorbió hasta la última gota de energía de mi.
Suelto mi cabello que ahora luce de su castaño claro natural y trato de maquillarme como puedo. Debo pasar a casa de mis padres a buscar al pequeño terremoto para luego ir juntas a hacer la compra y para dirigirnos luego a nuestra casa.
Conduzco hasta el hogar donde me crié y una autentica sonrisa aparece en mi rostro en el momento que veo a mi pequeña. El corazón se me hincha con todo lo que me provoca verla. Sus ojos grises me recuerdan tanto a su padre que no puedo evitar acariciar las chapas de mi cuello.
Llevo tres años sin ver a Richard, sin saber nada de él, nunca nos dimos información personal sobre el otro en la isla a pesar de que nos conocemos mejor que nadie. Me enseño a ser valiente y a vivir y me dejó el mejor regalo que una mujer podría pedir.
A Isla.
—¡Mami! —Grita mi pequeña. —Te amo mucho ¿Nos vamos a casa?
La tomo en brazos llenándole la cara de besos, y ella ríe como loca llenando mis oídos con su melodiosa risa.
—Primero vamos por unas cosas al mercado ¿Si?
—¡Shi!
Se pega como mono a mi cuello y me cuesta mucho trabajo poder hablar con mis padres cuando ella está tan ansiosa por ir a casa. Solo me suelta cuando la acomodo en su silla especial en el coche.
Mi relación con mi familia mejoró bastante luego de que nos rescataran, de hecho pasamos de vernos apenas una vez al mes a tenerlos en casa todos los fines de semana.
Miro a mi hija jugar con saliva y le lanzo un beso a través del espejo. No voy a mentir, ser madre soltera no ha sido fácil, pero ha sido toda una aventura.
Cuando volví a casa y me di cuenta de que no tenía como contactar a Richard, hice hasta lo imposible por buscarlo, más cuando descubrí que estaba embarazada, pero nada no fui capaz de encontrarlo.
Una sola noche bastó para que dejara su semilla en mi. «Definitivamente donde pone el ojo pone la bala»
Caminamos directas a la sección de dulces donde la siento en el carrito y ella me ayuda a escoger. He de admitir que desde que salí del hospital me siento observada.
«Tal vez sea paranoia ».
Mi cartera se cae y varias monedas y documentos ruedan por el suelo. Maldigo internamente porque si lo hago externamente la lora que tengo por hija no dejará de repetirlo.
Busco moneda tras moneda, documento por documento incluso tengo que alejarme un poco porque una moneda rodó lejísimo.
La estoy buscando cuando escucho la risa armoniosa de mi bebé. Y me pongo de pie como toda una mamá osa. Casi al instante me tensó al ver un hombre de espaldas y usando traje frente a ella.
«Dios».
Camino más rápido cuando la risa de mi niña aumenta deteniéndome tras el extraño. Mi hija me mira y abre mucho los ojos.
—Mami, dice el señor extraño que te conoce.
Mi corazón se acelera al identificar un olor natural que ni los años borraron de mi sistema, la electricidad nos rodea cuando los ojos grises me observan, los mismo que lleva mi niña, los mismos que nunca pude olvidar.
Acaricio las chapas de identificación gastadas donde único se puede leer "Richard". Chapas que olvidé devolverle y he llevado siempre para sentirlo a mi lado. Una solitaria lágrima cae por mi mejilla, años y sigue despertando lo mismo en mi.
—Richard...
—Hola rubia.
ESTÁS LEYENDO
La Isla [Historia Corta] ✔©
RomanceElla en la muerte encontró la vida, él la razón de vivir. »Portada por @splendidsin