ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 10

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Mis piernas arden, y no solo del ejercicio físico realizado anoche, arden de verdad por toda la carrera que estoy realizando por medio de la estúpida selva tras papá jabalí.

«Maldito seas Richard y tus planes de llegar al campamento con comida para lucir cool»

He pedido la cuenta de cuantas veces he tropezado y caído como si de una muñeca se tratara en dos días, a este paso seré más moretones que persona. Pero aún así no me detengo, no le daré a Richard la satisfacción de que sea el quien quede como héroe atrapando al jabalí...

—Mierda. —Una raíz se apodera de mi pie mandándome de cabeza al suelo.

Justo cuando voy a levantarme el chillido del animal me hace poner los ojos en blanco. Se me había olvidado que el Sr Capitán América fue un soldado y obviamente competir con él es ir a una pérdida segura.

Una mano aparece en mi campo de visión y gruño cuando veo que con la otra lleva el cuerpo del jabalí. La sonrisa arrogante se despliega en todo su rostro aumentando mis deseos de matarlo... Bueno y de follarlo de nuevo también.

Tomo su mano para ponerme de pie y limpio la tierra de mis maltratadas rodillas, necesito agua limpia y olivo para tratarlas, no vaya a ser que se infecten.

—¿Nos vamos? —Pregunta con una sonrisa que me es inevitable no imitar.

—Primero deja que tome unas hojas de olivo. —Tomo la navaja que me ofrece y corto las hojas de la planta que se encuentra cerca de mi. —Ahora si, vamos.

El corazón se me quiere salir del pecho cuando sujeta mi mano y me siento como la adolescente hormonal que los ojos se le volvían corazones cada que el chico que le gustaba le daba la mano.

De esa manera caminamos hasta el campamento, yo con una sonrisa que quiere partir mi rostro, él  sujetando mi mano y cargando una jabalí muerto.

«Parecemos Hannah de la Selva y Tarzán »

En el momento que ponemos un por en la arena, saliendo del manglar debemos retroceder porque nos encontramos cara a cara con los demás supervivientes.

Henry nos mira de arriba a abajo, Denisse enarca una ceja al ver nuestras manos juntas y luego trata de disimular una sonrisa. Thalía simplemente hace una mueca de cansancio y se va a sentar.

—Íbamos a buscarlos.—Anuncia Denisse. —Pero veo que no fue necesario. —Me regala una sonrisa cómplice. —Me alegro de que estén bien.

Le devuelvo la sonrisa y lo veo observar fijamente a Henry que le devuelve la mirada, la tensión es palpable en el ambiente, siempre me llevo la misma imagen mental cada que los veo juntos.

Es como si dos lobos alfa estuviesen enfrentándose.

—Luces como la mierda. —Exclamó con una sonrisa Richard.

—Tú no te quedas atrás.

Y sin más se abrazaron, dejándonos a todos con la quijada desencajada.

«¿Estos no se odiaban? »

Miro a Richard como si le hubiese salido una tercera cabeza, y el simplemente se dedica a guiñarme un ojo y sonreír.

—Vamos tenemos que limpiarnos las heridas. —Deja el jabalí en el suelo. —¡Esta noche comemos carne amigos!

Toma uno de los recipientes con agua y nos lleva directo a nuestra cabaña sin pararse a hablar con nadie más. Un suspiro de alivio lo abandona cuando llegamos a lo que se ha vuelto nuestro hogar.

—Hogar dulce hogar. —Se deja caer en su hamaca. —Creo que extrañé esta mierda más de lo que he extrañado mi cama.

—Entonces deberías llevártela.—Digo deteniéndome frente a él. —Para que sigas durmiendo en ella.

Estoy el agua y la tela que usaré para nuestras heridas cuando su mano atrapa mi muñeca y me lleva contra su pecho.

No puedo evitar sentirme tan cómoda con su abrazo, tan bien entre sus protectores brazos...Creo que me estoy enamorando de este chico a una velocidad que asustaría a cualquiera.

—Gracias por salvarme la vida. —Susurro perdida en sus ojos. —Y por darme una razón para vivir.

Besa con ternura mis labios y elimina con su pulgar la lágrima que no sabía que derramaba.

—Gracias a ti por no dejarme solo.

Sonrío y beso el vello de su duro pecho, ha perdido peso desde que llegamos pero no luce menos atractivo.

—Lo mejor de esta desgracia fue concerte, sin duda.

—Lo mismo digo, rubia.

Estoy por unir nuestros labios de nuevo cuando el sonido de la lluvia golpeando sobre las hojas secas me tensa, rápidamente me abrazo más a él. Pero me sorprende cuando sujeta mis hombros apartándome.

—Es solo lluvia, Rubia.

—También le temo.

—No puedes temerle a algo solo por una mala experiencia. ¿Jamás volverás a montarte en un avión? Las tormentas son hermosas Allison. —Se pone de pie junto conmigo sin apartar sus ojos de mi. —Las tormentas son como tú, hermosas caóticas y arrasan todo a su paso.

—Pero nada.

Por enésima vez en el día entrelaza nuestros dedos y nos saca de la cabaña.

Se aleja de mi y comienza a mover su cuerpo como si la mejor de las melodías estuviese sonando.

—¿Qué haces? —Río por su movimiento.

—Bailar.

—No hay música. —Lo rebato.

—La hay si la imaginas.

No llegué a pronunciar otra palabra porque me tomó de las caderas y comenzó a movernos al compás de una canción imaginaria.

—¿No lo escuchas? —Besó mi mejilla mientras me apretaba contra su musculoso cuerpo. —Suena Perfect de Ed Sheran. Perfecta como tú

Y fue perfecto, él,el beso,  el momento, nosotros, todo y el creo Dejó de existir para convertirse en un seguro "Estoy enamorada" Por que sí, en medio de una desgracia se puede encontrar el amor.

Sus pasos se detuvieron abruptamente y lo mire confusa, su mirada estaba perdida en el océano y cuando por fin logré ver lo que miraba casi se me detuvo el corazón.

—¡Es un barco! ¡Un puto barco! —Grité.

Ante mis chillidos todos salieron a la playa y comenzaron a hacer señas, cuando el barco giro hasta nosotros y varios lanchas aparecieron con rescatistas en nuestro campo de visión,  supimos  una gran verdad.

Nos habían salvado.

Volvíamos a casa.

Pero la angustia llenó mi codazo cuando vi el rostro imperturbable de Richard.

¿Y ahora? ¿Qué pasaría con nosotros?

La Isla [Historia Corta]  ✔©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora