ᴀʟʟɪsᴏɴ
Dormir se me ha hecho absolutamente imposible por primera vez desde que llegué a esta isla, no sé si es que me había acostumbrado a hacerlo sabiendo que Richard estaba cerca o la extraña opresión en mi pecho que no me abandona.
Estoy demasiado ansiosa, mi mente no deja de pensar en cosas que no debería, y no consigo nada que hacer para distraerla. La situación no mejora cuando la lluvia y el fuerte Vicente comienzan a azotar en la madrugada la cabaña.
«Por lo menos no hay truenos»
En la cama de Richard se encuentra Denisse descansando, aunque no la veo siento que no está durmiendo y en parte me preocupa porque en su estado no es buena la falta de descanso.Pero es que ni siquiera puedo concentrarme en ayudarla a dormir cuando el noventa por ciento de mis preocupaciones lo ocupa Richard, metido en la selva.
Un trueno lejano me hiela la sangre y no tengo otro remedio que acostarme abrazando mis rodillas, mientras cierro los ojos y lo imagino a él abrazándome. Cuidándome cual caballero de brillante armadura que espanta mis demonios.
Por que si, a su lado mis demonios son menos pesados.
Mis gritos vienen a mi mente, mis lloriqueos, mi desesperación.
—«¡Papi por favor no me dejes sola! »—Habría gritado en aqueo entonces pero mi lamentos no fueron escuchados.
Y con los recuerdos de mi trágica infancia caigo en una extraña inconsciencia donde no estoy dormida del todo pero tampoco despierta y mi pecho sigue doliendo por la ausencia de Richard.
...
El sol entra por las aperturas de las hojas y yo automáticamente me pongo de pie, Denisse aún se encuentra en su lugar. No lo pienso, ni siquiera lo analizo salgo corriendo de la cabaña como si esta estuviese ardiendo.
Corro hasta el punto más alto de la playa, una elevación rocosa que nos permite apreciar toda la costa hasta que el bosque se une con el mar. Trato de ordenarle a mi corazón calmarse. Apenas termina de amanecer y me pierdo las seguramente increíbles vistas porque todo lo que me importa debe estar al salir de entre el grupo de árboles.
Mi mente imagina cientos de escenas mientras creo que ni pestañeo mirando el mismo punto.Veo a Danisse salir de la cabaña pasado unos minutos, camina hasta mi con dos cocos y se sienta a mi lado mientras comemos y esperamos por la llegada de los chicos.
La opresión en mi pecho no hace más que aumentar aso como la ansiedad. Denisse para matar el tiempo pesca un poco.
Yo soy incapaz de apartar la vista como un obsesiva de las palmeras. El tiempo pasa y pasa y comienzo a desesperarme.
—Deberian estar aquí. —Murmuro angustiada.
Y casi como si el cielo escuchara veo salir de entre los árboles a Henry.
No lo pienso, no espero a ver a Richard y hecho a correr, jamás pensé extrañar tanto la presencia de alguien como lo extraño la suya. En mi carrera estuve a punto de caer un par de veces, pero eso no me detuvo. Sentía que nada me iba a detener.
¡Estaba eufórica!
Pero toda la alegría quedó ensombrecida cuando me detuve frente al hombre de casi dos metros, futuro padre y vi su estado.
No estaba bien. Se veía golpeado casando y simplemente me congelé, nos miramos a los ojos, los míos cristalinos y los suyos apagándose.
—Lo siento —lo escuché mascullar antes de desmayarse. Y fue cuando mi opresión en el pecho aumentó hasta casi hacerme dejar de respirar.
Algo le había pasado a Richard.
Las personas de la ilsa no dudaron el correr hasta nosotros, todos trataban de ayudarlo y yo actuaba en automático, dejé de escuchar los sonidos, no fui capaz de centrarme para ayudarlo a despertar.
Me sentí a punto de un ataque de pánico. Me sentí perdida. Como si nadie me hubiese salvado en el avión, como si estuviese a la deriva en el mar, sin nada que me sostuviese, sin un norte al que dirigirme. Sola.
—Allison. —La voz de Meredith la pequeña hermana de Denisse me trajo en si. —Tienes que ayudar a Henry, para poder buscar a Richard.
Ayudar a Henry, tenía razón. Henry sabe donde está Richard. Estoy segura
«Richard está vivo»
Es mi nuevo mantra. Reviso al esposo de Denisse con cuidado, no tiene ningún daño de importancia, además de algunos raspones, su desmayo fue por cansancio, estoy segura.
No me aparto de él hasta que abre los ojos y me aseguro de ser lo primero que ve.
Su esposa se interpone abrazándolo y besándolo, soy incapaz de sonreír o alegrarme porque esté bien, porque el simple hecho de verlo respirar me recuerda a que no sé si Richard lo está haciendo.
«Richard está vivo»
—¿Dónde está Richard? —Es lo primero que pregunto una vez calmada la euforia por su despertar. Los recuerdos de su pelea con el hace que sospechas oscuras se instalen en mi corazón despertando a la serpiente que hay en mi. —¿Qué le hiciste a Richard?
No consigo descifrar la mirada que me da mientras toma un poco de agua, su esposa se propone intervenir pero el la detiene.
—Antes de que pienses cosas raras, no le hice nada a Richard. —Deja claro. —Lo que pasó no es mi culpa, que no fuese de mi agrado no significa que yo quisiera matarlo.
«Lo que pasó »
«Fuese»
«Matarlo»
Mi respiración vuelve a ser irregular y mi corazón se acelera, pero consigo mantenerme imperturbable, a nuestro alrededor todos observan expectantes, incluso el sol está cayendo para ver mejor la escena.
—¿Qué paso? —Estoy ansiosa por saber la verdad pero a la vez temerosa de ella.
Mi mente grita la respuesta que mi corazón se niega a romper.
—Estábamos escalando. —Trago el nudo que se forma en mi garganta. —La tierra estaba muy húmeda.
—¡Al grano!
—Hubo un deslizamiento de tierra. —Lo miro con los ojos muy abiertos. —Nos arrastró a ambos, la ultima vez que lo vio estaba siendo tragado por esta.
Suelto el aire a la vez que un par de lágrimas cae por mis mejillas y mi corazón hace de oídos sordos a las sospechan que desde que Richard partió sentía.
—¡Y lo dejaste! ¡Podría estar herido! —Grito fuera de mi. —Joder, nos necesita ¿Dónde fue el deslizamiento?
—No lo dejé Allison, lo busqué, prácticamente, excavé todo el ligar con mis manos. —Me muestra sus manos maltratadas. —Y no lo vi.
—Si cuerpo no hay muerte. —Prácticamente lo interrumpo. —Sin cuerpo no hay muerte —Sé que luzco como una loca con las manos en mi cabeza y en absoluta negación, llorando como estúpida mientras Denisse corre a abrazarme. —Sin cuerpo no hay muerte.
—Allison... —La embarazada trata de calmarme, pero yo estoy muy lejos de la calma.
—Solo encontré esto. —Murmura Henry llevando la mano a sus bolsillos
Me entrega las chapas de identificación de Richard y es cuando aumenta mi llanto, las coloco en mi cuello, los para los soldados sus chapas son muy importantes, son su identidad, son su vida.
Si las pierden...
No, Richard no está perdido.
—Voy a buscarlo
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La Isla [Historia Corta] ✔©
RomansaElla en la muerte encontró la vida, él la razón de vivir. »Portada por @splendidsin