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—Pensé que eras más alta— dijo el chico mirando a Ari de pies a cabeza
—Yo pensé que eras más alto— río y se ganó un leve golpe de parte de George en el hombro
—No es mi culpa que seas enana.
—¡Oye!— respondió Ari mirándolo mientras reían
—Lo siento, ¿quieres helado?
—No se.
—Se que quieres.
—Bueno, si quiero— le regalo una sonrisa y él se la devolvió, el ambiente estaba muy lindo, el clima perfecto, Ari se sentía de maravilla, George, por otro lado, estaba muy feliz de estar con su nueva amiga, fueron por su helado, linda sorpresa se llevaron, su helado favorito era el de menta.
El camino solo se basó en el sonido de el aire y el sonido de los pasos que daban, fue un silencio cómodo pero fue interrumpido por el tono de llamada de Ari.
—Ay no— George miro hacia la pantalla de el teléfono de la chica y frunció el ceño
—¿Te molesta si contestó?— el chico negó y le regalo una sonrisa de confianza, Ari se desvió un poco y contestó
—¿Sigues con tu novio?— dijo su hermano feliz desde el otro lado
—Josh!, deja de molestar, te dije que llegaré a las 6 a la casa para ayudarles con la cena, ahora déjame en paz, chau, besos— colgó la llamada y volteo incómodamente
—Ohh, cierto, hoy es noche buena— dijo el chico un poco confundido
—Eres muy olvidadizo— contestó Ari guardando su celular en la bola de su pantalón —Pero bueno, yo soy igual así que...— el chico río y se acomodo el pelo.
—Mira, vamos allá— George tomó la mano de Ari y la llevó hacia un lugar de juegos, George se sentó en un columpio esperando a que Ari también lo hiciera, lo hizo y comenzaron a jugar ahí mientras comían su helado.
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