❅ Capítulo 3 ❅

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MAIA.

En la noche estaba viendo películas en la portátil, mire la hora e hice una mueca, era bastante tarde y yo no podía dormir. Mire el anillo de Eros fijándome en los detalles que tiene, sonrió volviéndome a centrar en la película, cuando un sonido en mi ventana hace que frunza el ceño.

Estaba nevando bastante fuerte desde hace rato, no le preste atención hasta que el sonido fue constante, me levante de la cama y camine hacia la pequeña ventana, la abrí y una pequeña roca aterrizó en mis pies.

—¿Pero que..?

Y luego, otra. Asome mi cabeza y el frío se adueñó de mi cuerpo de manera inmediata, mire hacia abajo y me encuentro con..

—¿Eros? —pregunte.

—¿Me dejas pasar? Me estoy congelando —admitió bastante alto.

—Shh, pueden oírte.

Se encoge de hombros, solté un suspiro indicándole qué hay una escalera en el cobertizo del patio, luego de unos minutos lo veo subir hasta mi habitación, tiene el cabello cubierto de nieve, lo ayudo a entrar con cuidado sin hacer tanto ruido, y una vez que se sienta al lado de la ventana, la cierro para sentarme frente a él.

Bueno, desde que lo conozco pude darme cuenta que Eros tiene excelente gusto al momento de vestir. Su cárdigan es negro, su suéter parece ser azul y trae un pantalón de algodón.

—Hola preciosa —murmura, sonriéndome.

Se sacude la nieve del cabello con la mano y observa con detalle mi habitación, se levanta para husmear a gusto mientras se saca su cárdigan, lo lanza contra el pequeño puff de la esquina y toma la fotografía en mi escritorio para observarla unos segundos y ponerla en su lugar.

—¿Has terminado de ser metiche y me vas a decir qué haces aquí? —pregunte.

—Me he dejado las llaves dentro —suelta una risa, mirándome.— así que mi única opción ha sido venir aquí.

Que oportuno.

—Que puedes ser un asesino, ¿te enteras?

—Te enteras que pudiste no haberme dejado pasar —se encoge de hombros, subiendo las mangas de su suéter.— Esta calientito aquí.

—Es la calefacción —le informó.

—Con razón estás en pantaloncitos cortos.

Veo como su alta silueta se acerca a la portátil y mira que estaba haciendo hace una mueca mirándome.

—¿Te gusta Harry Potter?

—Claro, RavenClaw —me señaló.— ¿y tú?

—Detesto Harry Potter.

—¿Qué tu detes..? ¿Estás loco?

—No entiendo que le ven de bueno —se sienta en mi cama.— ¿No hay otra cosa que podamos ver?

—¿Qué podamos? —alce una ceja.

—Claro, si voy a quedarme aquí mínimo pon una película que me guste —habla con obviedad.

Beside you ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora