❅ Capítulo 8 ❅

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MAIA

Durante toda la tarde, pasamos viendo Harry Potter, mire la hora en el reloj cuando estábamos ya por la mitad de la última película, Michael se había dormido junto a Thomas y Heracles, observo de reojo a Eros quien sacude la cabeza mientras suelta un bostezo, suelto una pequeña risa llamando su atención.

—Para entender tienes que ver con atención y estás durmiéndote —susurre.

—Lo lamentó —se disculpa.

—¿Puedo ver tu habitación?

—Claro.

El se levanta para ofrecerme su mano, la acepte levantándome con mucho cuidado para no despertar a mis hermanos, ambos caminando por los pasillos hasta llegar a la última de habitación, me deja entrar sin preocupación alguna. Su alcoba es grande, pero sencilla, la sábanas son azules y las paredes beige, una maleta está abierta en el cielo dejando ver su ropa desordenada en ella.

—¿Por qué...? —señalé las maletas.

—No acostumbro a deshacer maletas —se encoge de hombros.

—Tú ropa es muy elegante —hable caminando hacia la maleta.— me gustan tus cardigan

—¿Quieres uno de ellos?

—¿Me vas a regalar uno? —me giro hacia el.

Camina hacia el baño y saca un cárdigan negro detrás de la puerta, reconozco que es el que vaya puesto el día en que nos conocimos, se acerca a mi y hace un gesto indicándome que quiere ayudarme a colocármelo, doy un paso hacia el frente, pasa las mangas por mis brazos y acomoda la parte de los hombros quitando mi cabello con cuidado.

Su cardigan me queda un poco grande, pero me va bien. Desprende su exquisito perfume antes de que el de un pequeño paso hacia atrás para observarme de arriba abajo y sonreír.

—¿Me va bien? —pregunte.

—Te va de maravilla —responde.— Un poco grande pero te queda excelente.

—Gracias —le sonrió.

—Quédate quieta —me ordena, buscando algo en sus bolsillos.

—¿Qué me quede...? —interrogue.

—Si —saca su móvil.— quédate quieta y sonríe.

—Eros —hice una mueca.

—Sonríe.

Le doy una sonrisa sin mostrar los dientes, oí el "clic" de la foto antes de que me la enseñe, hago una mueca.

—Bórrala, salgo horrible.

—Como si eso fuera posible —ríe.

—¿Por qué quieres una foto mía?

—Quiero un nuevo fondo de pantalla—responde sin cuidado, haciendo que me sonroje.— ¿Algo más que quieras saber Maia?

—No, nada más —murmuré.— Bueno, si. Tu número.

—Vale —extiende su mano para que le de mi móvil.

Beside you ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora