6. 𝑮𝒓𝒊𝒏𝒈𝒐𝒕𝒕𝒔

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- NARRADOR OMNISCIENTE -

Harry y Tn movían la cabeza en todas direcciones mientras iban calle arriba, tratando de mirar todo al mismo tiempo: las tiendas, las cosas que estaban fuera y la gente haciendo compras. Una mujer regordeta negaba con la cabeza en la puerta de una droguería cuando ellos pasaron, diciendo: "Hígado de dragón a diecisiete sickles la onza, están locos...".

Un suave ulular llegaba de una tienda oscura que tenía un rótulo que decía: "El emporio de las lechuzas. Color pardo, castaño, gris y blanco". Varios chicos de la edad de los mellizos pegaban la nariz contra un escaparate lleno de escobas. "Miren - oyó Harry que decía uno - la nueva Nimbus 2.000, la más veloz."

- ¿Qué es una Nimbus 2.000? - miró Tn a Hagrid con curiosidad

- Una escoba - dijo tranquilamente

- ¿Y porqué tanto alboroto por una simple escoba? - Volvió a decir Tn

- Nosotros los magos usamos las escobas para volar, y la Nimbus 2.000 no es una simple escoba es la más veloz hasta el momento - explicó Hagrid

- Aah... - exclamó Tn - ¿vuelan en escobas? - murmuró por lo bajo mientras seguía caminando y observando cada rincón.

Algunas tiendas vendían ropa; otras, telescopios y extraños instrumentos de plata que ellos nunca habían visto. Escaparates repletos de bazos de murciélagos y ojos de anguilas, tambaleantes montones de libros de encantamientos, plumas y rollos de pergamino, frascos con pociones, globos con mapas de la luna...

- Gringotts - dijo Hagrid deteniéndose de repente.

Habían llegado a un edificio, blanco como la nieve, que se alzaba sobre las pequeñas tiendas. Delante de las puertas de bronce pulido, con un uniforme carmesí y dorado, había...

- Sí, eso es un gnomo - dijo Hagrid en voz baja, mientras subían por los escalones de piedra blanca. El gnomo era una cabeza más bajo que Harry. Tenía un rostro moreno e inteligente, una barba puntiaguda y, Harry pudo notarlo, dedos y pies muy largos. Cuando entraron los saludó. Entonces encontraron otras puertas dobles, esta vez de plata, con unas palabras grabadas encima de ellas, que Tn leyó detenidamente:

Entra, desconocido, pero ten cuidado
Con lo que le espera al pecado de la codicia,
Porque aquellos que toman, pero no se lo han ganado,
Deberán pagar en cambio mucho más,
Así que si buscas por debajo de nuestro suelo
Un tesoro que nunca fue tuyo,
Ladrón, te hemos advertido, ten cuidado
De encontrar aquí algo más que un tesoro.

- Como les dije, hay que estar loco para intentar robar aquí - dijo Hagrid.

Dos gnomos los hicieron pasar por las puertas plateadas y se encontraron en un amplio vestíbulo de mármol. Un centenar de gnomos estaban sentados en altos taburetes, detrás de un largo mostrador, escribiendo en grandes libros de cuentas, pesando monedas en balanzas de cobre y examinando piedras preciosas con lentes. Las puertas de salida del vestíbulo eran demasiadas para contarlas, y otros gnomos guiaban a la gente para entrar y salir. Hagrid, Harry y Tn se acercaron al mostrador.

- Buenos días - dijo Hagrid a un gnomo desocupado - Hemos venido a sacar algún dinero de la caja de seguridad de los señores Potter - miró de reojo a los mellizos

𝐸𝑠 𝑢𝑛𝑎 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟 | 𝑫.𝑴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora