10. 𝑯𝒐𝒈𝒘𝒂𝒓𝒕𝒔

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- NARRA TN-

El tren aminoró la marcha, hasta que finalmente se detuvo. Todos se empujaban para salir al pequeño y oscuro andén. Ya era de noche y el aire estaba frio. Entonces apareció una lámpara moviéndose sobre nuestras cabezas, y escuché una voz conocida:

- ¡Primer año! ¡Los de primer año por aquí! ¿Todo bien por ahí, Harry, Tn?

La gran cara peluda de Hagrid rebosaba alegría sobre el mar de cabezas.

- Woow - Ron exclamó viendo a Hagrid con la boca abierta y se la cerré

- Te entrarán moscas - reí

- Vengan, siganme... ¿Hay más de primer año? Miren bien dónde pisan. ¡Los de primer año, siganme! - volvió a gritar Hagrid para que lo escucharan por el bullicio que había.

Seguimos a Hagrid por lo que parecía un estrecho sendero. Estaba tan oscuro.
Nadie hablaba mucho. Neville, el chico que había perdido su sapo, lloriqueaba de vez en cuando.

- En un segundo, tendran la primera visión de Hogwarts - exclamó Hagrid - justo al doblar esta curva.

Se produjo un fuerte "¡ooooooh!"
El sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro. En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.
Era el castillo más hermoso que había visto, y el único que vería en persona...

- ¡No más de cuatro por bote! - gritó Hagrid, señalando a una flota de botecitos alineados en el agua, al lado de la orilla. Harry y Ron subieron a uno, seguidos por Hermione y por mi.

- ¿Subieron todos? - continuó Hagrid, que tenía un bote para él solo - ¡Venga! ¡ADELANTE!

Y la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, que era tan liso como el cristal.

De repente sentí como si alguien me mirara, giré mi cabeza en todas direcciones y ahí estaba...
El chico rubio de la tienda de uniformes me estaba mirando, le devolví la mirada algo nerviosa y le sonreí, él apartó la vista de inmediato y yo solo reí.

Todos estaban en silencio, contemplando el gran castillo que se elevaba sobre nuestras cabezas mientras nos acercabamos cada vez más al risco donde se erigía.

- ¡Bajen las cabezas! - exclamó Hagrid, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco. Todos agachamos la cabeza y los botecitos nos llevaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte delantera del peñasco. Fuimos por un túnel oscuro que parecía conducirnos justo por debajo del castillo, hasta que llegamos a una especie de muelle subterráneo, donde trepamos por entre las rocas y los guijarros.

Luego subimos por un pasadizo en la roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo finalmente a un césped suave y húmedo, a la sombra del castillo.
Subimos por unos escalones de piedra y nos detuvimos ante la gran puerta de roble.

- ¿Están todos aquí?
Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del castillo.

La puerta se abrió de inmediato. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperaba allí. Tenía un rostro muy severo.

𝐸𝑠 𝑢𝑛𝑎 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟 | 𝑫.𝑴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora