9. 𝑷𝒍𝒂𝒕𝒂𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂 𝒚 𝑬𝒙𝒑𝒓𝒆𝒔𝒐

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- NARRA HARRY -

Llegamos a eso de las nueve de la noche, entramos silenciosamente a la casa y todos dormían, subimos despacio las escaleras y entramos a nuestro cuarto.

- Uf, que día largo - exclamó Tn tirándose a la cama

- La verdad que si - yo me senté en la mía

- ¿Ya sabes como le pondrás? - miró a mi lechuza

- No...luego pensaré en algo, ahora estoy cansado - me dirigí al baño

- Si, yo igual

...

- Harry...¿estas despierto? - susurró Tn en medio de la madrugada

- Si...

- No puedo dormir...pienso en todo lo que nos espera en Hogwarts

- Yo igual, da miedo ¿no? - la miré

- Más que miedo diría que...incertidumbre - respondió

- Si...

- Pero, pase lo que pase, espere lo que nos espere...siempre estaremos el uno para para otro ¿no?

- Claro que si - le dediqué una sonrisa, ella asintió también sonriendo, cerró sus ojos y poco a poco se quedó dormida.
A la media hora el sueño me venció.

...

Al día siguiente, a la hora del desayuno los Dursley se espantaron al vernos a ambos en la cocina

- ¿Qué? ¿Qué tengo? - Dijo Tn mirándose a si misma

- ¿C-cuando llegaron? - bromó Tio Vernon

- Anoche - respondí restandole importancia

El resto del desayuno fue silencioso, parece que ninguno de los tres se atrevía a hablar o preguntar nada...

...

El último mes con los Dursley no fue divertido. Dudley pareció adquirir cierto miedo hacia mi y parece que aumentó el que ya le tenía a Tn...no sé quedaba en la misma habitación con alguno de los dos por más de un minuto, tía Petunia y tio Vernon ya no nos obligaban a hacer nada, ni nos gritaban. En realidad, ni siquiera nos dirigían la palabra. Mitad aterrorizados, mitad furiosos, se comportaban como si las sillas que ocupabamos estuvieran vacías. Aunque significaba una mejora en muchos aspectos, después de un tiempo resultaba un poco deprimente.

- No les haremos nada, eh - comentaba Tn cada tanto.

Yo me quedaba en la habitación leyendo los libros que habíamos comprado, Tn se iba a leer al patio y cada tanto aparecía por la puerta emocionada mostrándome algo en los libros de magia. Me encantaba verla feliz.
Decidi llamar a mi lechuza Hedwig, un nombre que encontre en Una historia de la magia. Los libros del colegio eran muy interesantes. Por la noche leía en la cama hasta tarde, mientras Hedwig entraba y salía a su antojo por la ventana abierta. Era una suerte que tía Petunia ya no entrara en la habitación, porque Hedwig traia ratones muertos cada noche, antes de dormir, lo que era bueno para la gata de Tn, a la cual le puso Ara (el nombre de una constelación),  por sierto.
Yo marcaba los días en la hoja de papel que tenía en la pared, hasta el uno de septiembre.

𝐸𝑠 𝑢𝑛𝑎 𝑃𝑜𝑡𝑡𝑒𝑟 | 𝑫.𝑴 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora