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Las manos de Felix estaban siendo tomadas por las manos suaves de ella, quien subía por las enormes escaleras mientras miraba hacia atrás, dándose cuenta de que el no paraba de ver cada facción de su cuerpo.

Abrió la puerta de su habitación, dándose cuenta de que se dirigía a otra habitación que al parecer estaba escondida a simple vista. Felix rió con ganas sintiendo las manos de la menor en su pecho, empujándolo así en la cama.

Haciendo que se sentara en ella, subiéndose en su regazo sintiendo las manos del mayor recorrer los bordes de sus pequeños shorts de seda.

El rubio se acomodó con la cama, tomándola de sus muslos apretando su agarre y sintiendo como los brazos de la menor se enredaban en su cuello.

Ella sonrió, cerrando los ojos disfrutando de su tacto, disfrutando de lo que tanto había deseado desde que se había alejado de su país.

Pegó sus labios, era tan brusco que a ella le encantaba, sentía como este mordía, chupaba y besaba sus labios como si estuviera hambriento. Las manos de ella habían viajado hasta su nuca, dejando que Felix tomara el control de su boca, sintiendo como su lengua hacía contacto con la de el, como rozaba con firmeza con la de el. Podía sentir sentir la textura tan suave y placentera que tenía su lengua.

Apretó más su nuca, soltando un gemido ahogado en medio del medio, sintiendo como Felix se acostaba lentamente en la cama, dejando que ella estuviera encima.

Y aún con el beso, sentían que se les iba el aire, pero aún así siguieron pegados, respirando el mismo aire que el ambiente brindaba. El mayor había dado la iniciativa, quitándole el sostén deportivo que ella tenía puesto.

Había cortado el beso.

— ¿Y Hyunjin? —La respiración estaba llena de adrenalina y con un movimiento rápido este se había quitado su camiseta.

— Estará dormido durante horas, no te preocupes por eso —Avisó, con el tono desesperado de querer probar cada parte de ella.

Los labios del mayor habían viajado hacia su cuello, llevándola encima de él una vez más, acostándola otra vez quedando debajo, esta vez, pudiendo mirar su reflejo en el espejo.

Sonrió.

— Te seré sincera, tengo meses que no siento esa chispa de que alguien me toque... tengo...

— Está bien —Sonrió —Haré que te sientas satisfecha por unos meses más.

— Quiero que me hagas lo que quieras —Ordenó, sorprendiendo al Felix por esas palabras. Se había dando cuenta que a pesar de que era una chica muy dura y neutra, era muy vulnerable en la cama.

Besó su cuello, clavícula, pechos y su abdomen, llegando a la zona que tanto quiso, donde en sus adentros pedía a gritos que tocara. Sintió como le había arrancado su ropa interior.

Escupió en su zona, para lamer y sentir como se arqueaba por lo sensible que estaba, y por la sensación tan placentera que sentía.

Su lengua estaba muy tibia, ella podía sentir las sonrisas que soltaba, Felix la miraba a los ojos y a veces miraba su reflejo en el espejo. Parecía como si se estuviera viendo así mismo, como si estuviera disfrutando la vista.

Cerró los ojos, lamiendo una vez más porque sabía que debía hacerlo bien. Las manos se dirigieron su cabello y pudo sentir como sus dedos se iban enredando en su rubia cabellera.

— Dios mío... —Gimió, sintiendo como este abría más sus piernas y con sus manos había tomado su espalda levantando su cuerpo un poco.

Sonrió.

Estaba disfrutando cada cosa que el le hacía. Los besos y las lamidas subían por su abdomen, llegando a su boca para besarla y morder su labio un poco.

Quitó su pantalón, le desesperaba no poder tener contacto con la piel del rubio. Este sonrió, quitándose todo sintiendo lo desesperada que estaba. Y con la punta de su longitud, había acariciado su clítoris, sintiendo como abría más sus piernas, mirándolo a los ojos rozando sus narices, porque las ganas de besarse también eran inmensas.

Felix reía, mientras que aún pasaba su punta por toda su vagina mojada. Ella mordía sus labios, llevando sus manos detrás de su espalda volteando en si.

Encima de él, había puesto por sí sola su pene dentro de ella cerrando los ojos empezando a moverse por sí sola. Felix quería voltear, pero con un movimiento rápido, sus suaves manos se encontraban en sus hombros.

Estaba bajando su cuerpo, sintiendo como las manos de este apretaba su trasero como si su vida dependiera de ello. Los gemidos aumentaba y Felix sentía que sus oídos estaban siendo bendecidos.

Llevó sus manos hacia su cabello, para halar de este provocando otro gemido. Sintió como las piernas de ella tenían ese temblor, avisando se que estaba a punto de llegar.

Sus movimientos aceleraron y los gruesos gemidos de Felix le hacían sentir la necesidad de ir más rápido. Sus gemidos eran atractivos, esos tan gruesos y varoniles llenaban sus oídos de vida.

Las manos cálidas del rubio habían ido a su cintura, ayudándola a saltar más rápido pero ella no lo quiso así. Solo quería que la tocara.

Llevó las manos de Felix a sus senos, queriendo hacerle saber que quería que la tocara, llevando sus manos a sus senos, haciendo que tocara cada parte de estos.

El último gemido salió cayendo exhausta encima de Felix, quien aún estaba sorprendido con la manera tan posesiva en la que ella había actuado.

Lamió sus labios para verlo sonreír.

— Otra vez... —Pidió, aún dando pequeños movimientos encima de este, el cual había sonreído y aceptado con gusto.

Felix se encontraba encima de ella, esta vez era su turno.























































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