FETSH┃HYUNJIN.

40

La vista solo estaba puesta en aquel vídeo reproduciéndose en la pantalla de ese celular.

Los sonidos obscenos que este emitía era música para los oídos desde la perspectiva del peli negro.

Era como si estuviera viendo unos de esos vídeos porno con el típico concepto que buscan los profesores aburridos que no estaban satisfechos con su sueldo en la escuela.

Pero lamentablemente... todo esto era la vida real y se trataba de un amigo con el que solía compartir hasta su propio aire. Era algo que no lo había sorprendido, pero si había hecho que estuviera decepcionado.

Pensó que había dejado esos fetiches que invadían su adolescencia en el momento que el había aceptado cumplirlos todos.

— ¿Que es incesto? —Preguntó yendo directo al grano, soltando el humo de su cigarrillo.

Este lo miró con una sonrisa ladina en su rostro, acostándose en la cama boca arriba, mirando las estrellas que decoraba su proyector esa noche.

— ¿Incesto dices? —Asintió — Relación sexual entre familiares consanguíneos muy cercanos o que proceden por su nacimiento de un tronco común. ¿Por qué preguntas?

— Por nada, quería saberlo ya que quiero probarlo... —Ellos se miraron, soltando una sonrisa sabiendo que estaban locos.

— ¿Tienes hermanas?

— No.

— ¿Hermanos? —Hyunjin asintió.

Cumplía todo lo que el le decía solo para hacerle saber que estaba para el en cualquier cosa que necesitaba.

Apagó el celular porque ya había visto suficiente y las pruebas que todos los que estaban presentes les había hecho saber de que no mentían en nada.

El rubio con pecas se acercó hacia ellos, quien estaban sentados con Bárbara escuchando las posibles ideas que tenía su diminuta cabeza.

Después de haber pagado la fianza todos estaban ahí sentados esperando a que el hablara, el cual no había dicho ninguna palabra cuando entró en la conocida casa.

— ¿Empezamos? —Preguntó Felix, quien estaba sentado ahí mirando sin parar al peli negro incitando a que al menos dijera algo.

— Quiero pedirle el divorcio —Admitió Bárbara.

— Eso es lo que quiere, ¿se lo darás así nada más? Por favor Bárbara, se más inteligente —Le dijo Felix.

Todos hablaban como si tuvieran la confianza necesaria en todos los sentidos. Es como si estuvieran planeándolo todo desde un principio.

Todos estaban hablando sin siquiera pensar un poco en las consecuencias que llevaría cada error que cometieran en un estúpido plan donde no había nada más que odio y venganza.

Para lidiar con una persona como Hyunjin, se debía pensar igual que el.

— ¿Minho? —Llamó Felix — ¿Tienes alguna idea? Porque solo estás sentado ahí sin siquiera hacer nada.

Minho era de esos hombres que sabían como observar y ver hasta el más mínimo detalle de toda la basura que lo rodeaba. Y sabía que todos los que estaban ahí no tenían ni la más mínima idea de con quien se estaban metiendo.

— Es una estupidez —Admitió el — Es lo que exactamente el quiere, ¿no es así? Si le das el divorcio tendrá mucho más poder y oportunidad de quitarte a tu hija. Y eso es lo que menos quieres.

Los ojos verdes de la mayor estaban puestos en Minho, quien se removía al escuchar su voz gruesa y sombría que la hacía sentir intimidada.

Acusarlo de violación era una estupidez, aunque tuviera pruebas no era la forma de exponerlo por más fácil que fuera.

Tenían que pensarlo muy bien, tenían que hacer jugadas suaves como las que el hacía. Tenían que pensar como un gran psicópata y debían mover las cartas como el lo hacía.

— Pídele el divorcio... —Ordenó Minho — Y pídeselo segura de ti misma aunque no quieras hacerlo.

— ¿Ahora?

— Ahora —Ordenó Minho — Y antes que todo no menciones nada de que tienes pruebas, de que lo sabes todo y en ningún momento le digas de que salí de la cárcel. ¿Quedó claro?

Ella asintió, llamando al teléfono, aclarando su garganta tomando el valor necesario para hablar.

Había puesto en voz alta y Minho se había tensado al escuchar su voz tan gruesa, tan relajante y tan sombría a la vez. Era una mezcla de todas las cosas que Minho amaba de Hyunjin cuando el era simplemente un crío.

Había crecido de una manera oscura, de una manera llena de odio como si el mundo estuviera debiéndole algo. Siempre ha sido así, siempre quería llevarse todo por delante y tal vez por eso había conseguido todo lo que quería años atrás.

— ¿Que? —Preguntó del otro lado de la línea, escuchándose como todo su ser estaba agitado, como si estuviera haciendo ejercicio.

— Quiero el divorcio —Habló sin más, haciendo que Hyunjin resoplara con una risa al final.

— Está bien —Aceptó, escuchando después como Bárbara colgaba sin decir una sola palabra.

Minho había quedado mirando las acciones que había hecho y al ver que Bárbara le había hecho caso sabía que debía hacer las cosas bien.