A.2.3.1

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Defendernos y pelear.

En una fugaz marcha, estas personas se acercaron a nosotros casi rodeándonos. Mi sensibilidad aumento y sentí como el viento tocaba mi rostro y la hierba mis tobillos. Sin duda estaba en un estado de alerta. Ni yo, ni mi amigo teníamos alguna arma para defendernos. En pleno asalto nos propinaron severos golpes, lo cual nos hizo remecer en el suelo. Sentí una gran fuerza e ímpetu que nos hizo incorporarnos nuevamente. Dos de los cinco sujetos alzaron un cuchillo, blandiéndolo con un intenso reflejo del sol. Esto llamo nuestra atención haciéndonos temer por nuestras vidas. En segundos nos comunicamos casi telepáticamente. Vimos la oportunidad casi fantastica de robar una espada de uno de ellos, defendernos y salir victoriosos. 

Debíamos tomar una decisión rápida:
-Seguir peleando:
Capitulo A2.3.4

-Correr hacia la guardia real:
Capitulo A2.3.2

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